A un año del inicio de la cuarentena, el presidente Albero Fernández sumó apoyo político de todos los gobernadores –oficialistas y opositores– para endurecer en las próximas semanas las restricciones a los viajes al exterior y los controles en la circulación de personas ante el temor por la inminente llegada de la segunda ola del Covid-19, que se prevé sea más virulenta y mortífera que la anterior.
Alberto Fernández desalentará los viajes al exterior
Al respecto, y pese a que su “mayor preocupación sigue siendo la salud y salvar vidas”, el mandatario advirtió que “hay que cuidar la recuperación económica”.
Para ello, Alberto Fernández analiza volver a acotar la circulación en el país, cerrar las fronteras al exterior, restringir los vuelos internacionales y reforzar nuevamente la campaña de concientización. Las fronteras continuarán cerradas para los turistas extranjeros, como desde el 24 de diciembre último; así como pondrán el foco sobre los transportes de carga.
“La experiencia demostró que necesitamos ganar tiempo para evitar que se sature el sistema de salud", declaró Alberto Fernández, para enfatizar: “Quiero que sepan que las nuevas variantes del virus hacen riesgoso viajar. Está totalmente desaconsejado los viajes al exterior. Quienes lo hagan, al regresar deberán aislarse y tener cuidados estrictos”.
Viajes al exterior: las medidas y restricciones que se vienen
Entre las propuestas que tomaría el Gobierno para la “implementación de medidas adicionales de control” y cuyo objetivo es desalentar la salida de argentinos y residentes hacia países con nuevas olas y cepas de Covid-19, sobresale que los turistas deban pagarse el PCR de regreso; así como hacerse cargo de las cuarentenas obligatorias en hoteles, en caso de resultar las pruebas positivas.
Asimismo, los gobernadores le instaron al presidente Fernández que disminuya drásticamente la cantidad de personas provenientes de México, Europa, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Chile, Estados Unidos y Brasil. Incluso, dependiendo de la evolución de la pandemia, pidieron la cancelación total de las conexiones con algunos de esos destinos.
Otra disposición tiene que ver con la imposibilidad de algunas provincias de testear, por costos e infraestructura, a las personas que ingresan al territorio. Al respecto, se avanzaría en un esquema para que haya equipos nacionales de testeo en todos los pasos fronterizos terrestres.
A su vez, habrá un refuerzo en la campaña de concientización que ya está en marcha porque notan cierto relajamiento en los hábitos de la población. “Se hará hincapié en que la pandemia no terminó y en que el uso del barbijo, el respeto del distanciamiento social y el evitar las reuniones sociales de muchas personas en ambientes cerrados y sin ventilación son necesarios para que Argentina no sufra las consecuencias de una segunda ola de Covid-19 ”, indicaron.
¿Semana Santa en la cuerda floja?
Más allá de los temores que despierta la suba de casos y la eventual llegada de la segunda ola, el Gobierno apostará a una Semana Santa que oxigene a los empresarios.
En este orden, se comprometieron a no impedir el tránsito entre las distintas provincias; y señalaron que la “idea es, al menos hasta la primera quincena de abril, no generar nuevas restricciones que frenen la incipiente recuperación de la economía”.
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