Aruba la isla feliz se caracterizó históricamente por experiencias turísticas donde el bienestar siempre estuvo presente: la música, la gastronomía, playas de gran belleza y un abanico de opciones de alojamiento fueron una constante de las propuestas del destino.
Sin embargo, los viajeros ahora tienen otros intereses que se ajustan a esta nueva normalidad y a ese despertar de conciencia que provocó la pandemia y las medidas de confinamiento, en ese contexto, Aruba, la isla feliz, ofrece un escenario perfecto para “resetear la mente, el alma y el cuerpo”, explicó María Pucci, instructora de yoga afincada en la isla: “Aruba es una isla donde la paz se respira en el aire y el calor del sol abraza 360 días al año.
"En este contexto, el wellness dejó de ser una tendencia para ser un estilo de vida. Sentirse bien como clave para vivir felices. Ante la amenaza inminente de la enfermedad, todo vale para fortalecer nuestro sistema inmune, reforzar nuestras ganas de vivir y luchar por nuestras metas”, agregó la instructora.
Con planes como caminatas dentro del Parque Nacional Arikok, hogar de fauna y flora nativa; la práctica de deportes acuáticos como el kitesurf y el windsurf, yoga al aire libre, y, por supuesto, sus playas que invitan al descanso de una manera simple y adaptable a todos los planes, donde el mar tiene un efecto terapéutico relajante y que energiza. Aruba les ofrece a los viajeros un destino ideal para relajarse, fortalecer su sistema inmune y reconectarse con su esencia.
La instructora de yoga, afirma: “Ser felices es una decisión, las actividades físicas al aire libre son una opción acertada, la naturaleza nos reconecta con nuestra esencia humana. Practicar ejercicios de respiración, meditación y yoga son prácticas saludables para envejecer en bienestar, y nos ayudan a vivir en armonía”.
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