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Barbados

Distinción y encanto natural en el Caribe

De aire inglés, pero con un marcado color local, esta magnífica y diminuta isla invita a un especial relax en sus paradisíacas playas, a la vez de ofrecerles a sus visitantes múltiples propuestas de paseos, excursiones y actividades recreativas. Ahora está más accesible para todos gracias a los vuelos de Copa.  

Ubicada en las Antillas Menores, al este de Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, rodeada por el mar Caribe y el océano Atlántico, Barbados es una isla de apenas 400 km², que se independizó de Inglaterra en 1966 y que cuenta con magníficas playas de aguas turquesas, una distinguida arquitectura inglesa, pintorescas construcciones antiguas y modernos hoteles.

Con su tan especial combinación de privilegiada naturaleza, sofisticación, tranquilidad y exclusividad –y las pequeñas distancias que hay entre sus principales localidades: St. James, St. Thomas, St. George, St. Philip, St. Peter y la capital, Bridgetown–, es el destino ideal para aquellos que buscan seguir descubriendo y disfrutando el Caribe más allá de los destinos tradicionales de la región.

En ese contexto, las playas de Barbados juegan un rol fundamental, ya que son sumamente propicias para el mejor relax.

La costa oeste –la caribeña– es donde están ubicados los grandes hoteles y las aguas cristalinas son tan suaves como las de una piscina. Entre las playas más destacadas de esta franja figuran Crane Beach, elegida como una de las más bellas del mundo; Carlisle Bay, Batts Rock Bay, Little Bay, River Bay y Bathsheba.

Al este, en cambio, las extensiones de arena blanca se encuentran entre espectaculares formaciones de piedra que le brindan una fisonomía diferente pero no menos atractiva. Allí, el mar es más movido y las olas permiten la práctica del surf, sobre todo en Bathsheba. En cuanto a la costa sur, las playas más populares son Dover, Needham’s Point y Rockley.

Respecto a Bridgetown, se caracteriza por su puerto con cruceros que llegan y parten constantemente, y suntuosos yates amarrados, además de las tiendas y boutiques de las más famosas marcas distribuidas a lo largo de la distinguida Broad Street.

En ese puerto se puede optar por una excursión en el barco pirata Jolly Roger, con escalas para bucear; o explorar el fondo del mar a bordo del submarino Atlantis, que se sumerge hasta los 50 m. de profundidad y permite contemplar la abundante y rica flora y fauna de esta región. Para una experiencia única también existe la propuesta Submarine Night Dive, que opera el mismo viaje pero durante la noche.

Otro punto de interés de la capital es su sinagoga –Synagogue Lane–, un templo de intenso color rojo construido a mediados del siglo XVII por los judíos que habían iniciado su éxodo desde la actual Recife, en Brasil.

PERFILES ARISTOCRÁTICOS Y COLOR LOCAL.

En Barbados, así como hay majestuosas casas señoriales y residencias, también existen pequeñas, coloridas y encantadoras casitas de madera. Es posible observarlas durante el traslado de un punto a otro de la isla, mientras se van conociendo los sitios de interés más destacados.

Entre ellos figura el Museo de Barbados, en St. Michael, que posee documentos históricos, mapas y obras de arte; la reserva natural Wildlife, en St. Peter, con bosques de caoba recorridos por simpáticos ciervos; la colina Farley Hill, en donde hay una majestuosa ruina con casi cien ventanales con vista a un parque nacional; y el Castillo de Sam Lord, situado en St. Philip y construido por un pirata en 1820. Esta opulenta propiedad, en la que abundan los muebles originales y una exquisita decoración, forma parte de un complejo de alojamiento de 400 habitaciones y está rodeado de floridos jardines, piscinas, fuentes y playas.

También conviene visitar La Cueva de Harrison, en St. Thomas. Se trata de una antigua gruta –considerada por expertos como una de las maravillas del mundo– que es transitada por una especie de tranvía desde el cual se pueden ver cavernas de piedra caliza, una red de arroyos subterráneos y una enorme cascada cuyas aguas mueren en una laguna.

Finalmente, y para completar los paseos, es aconsejable conocer la St. Nicholas Abbey, una abadía edificada alrededor de 1650; el parque nacional Farley Hill Mansion; y algunas de las destilarías de ron que abundan en la zona, como Mount Gay y St. Nicholas Abbey.

ACTIVIDADES Y PASEOS PARA TODOS LOS GUSTOS.

Dejando de lado el sol y la arena, este destino tan especial ofrece durante todo el año numerosas actividades y eventos como recitales y shows de jazz y música de la región. Además, la ópera y el teatro tienen su espacio –al aire libre- en la Holders House. Allí, en las instalaciones de una antigua casona, brindan sus actuaciones grandes figuras de ambos géneros, como en su momento lo hizo Luciano Pavarotti, y números de gran nivel como la Orquesta Sinfónica de Londres.

En cuanto a los deportes, los visitantes pueden practicar surf, kitesurf, windsurf y buceo. En noviembre, durante una semana, se celebra el Barbados Independence November Surf PRO Festival, evento que reúne a surfistas de todo el mundo. También es posible optar por el criquet, el hipismo o el tenis, o por un itinerario en catamarán en la Costa Oeste, que incluye buceo con esnórquel e interacción con tortugas marinas.

Un lugar destacado ocupa el Crope Over, el carnaval local que se realiza entre julio y agosto con coloridos desfiles, mucho calipso, eufóricos bailes y muestras gastronómicas.

Asimismo, en algunas de las pausas entre las apacibles jornadas de playa se puede visitar el Museo del Concorde (Concorde Experience), donde el turista tiene la oportunidad de apreciar el famoso avión, subir a conocerlo, recorrer sus pasillos y sentarse en sus asientos. La vivencia se completa con documentales, una réplica de la sala de embarque del aeropuerto de Heathrow, desde donde el particular avión partía rumbo a Barbados; un simulador de vuelo y una exposición con la historia de la aviación local.

Otra de las opciones es la Flower Cave, un interesante lugar que recibió este nombre por las anémonas del mar encontradas en las piscinas de la cueva, algunas de ellas con profundidades propicias para nadar. Como tiene aperturas hacia el mar es un atractivo muy elegido por su paisaje visual.

Una atractiva alternativa son los viajes en catamarán, que pasan por la costa oeste y hacen paradas para que los participantes puedan bucear y hacer esnórquel mientras interactúan con tortugas marinas.

Además, entre las excursiones más populares se encuentra el Island Safari, ideal para explorar la isla en jeeps.

Por último, para los aficionados al golf, Barbados cuenta con siete campos, dos de nueve hoyos y cinco de 18.

Con la posibilidad de realizar compras libres de impuestos, disfrutar de playas maravillosas, saborear una gastronomía de gran variedad que combina lo local con lo internacional y lo más exótico, practicar numerosos deportes náuticos y apreciar la belleza natural y arquitectónica del lugar, Barbados propone una estadía cuya particularidad reside en la seductora fusión del color y la calidez caribeña con los aristocráticos aires de la Inglaterra antigua. Una combinación irresistible.

Llegar con Copa Airlines

Próximamente, a los viajeros les va a ser más fácil llegar a Barbados, ya que a partir del 17 de julio Copa Airlines ofrecerá dos frecuencias semanales al destino.

Los martes y viernes, el vuelo CM260 partirá a las 9.30 desde Panamá y llegará a las 14 al aeropuerto internacional Sir Grantley Adams de Bridgetown, operando con equipo Boeing 737 con capacidad para 154 pasajeros.

Los mismos días, el vuelo CM261 despegará a las 15 de la capital panameña y arribará a las 17.30 a la ciudad de Barbados, con el mismo avión y la misma capacidad.

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