Puerto Rico es dueño de varios records: posee la destilería de ron y el observatorio más grandes del mundo, el tercer río subterráneo más caudaloso y una de las tirolesas más altas y largas, accesible desde la zona costera de San Juan. Tiene todo eso y más. Ríos, montañas, cuevas, bosques pluvial y seco semidesértico, bahías bioluminiscentes, enclaves históricos, shoppings, entretenimiento diurno y nocturno, casinos, restaurantes, spas y, obviamente, más de 300 playas.
Por los cuatro puntos cardinales
La isla, de 9.912 km², es un Estado Libre Asociado de Estados Unidos, con lo cual se requiere visa de ese país. El dólar es la moneda oficial, pero se habla tanto inglés como español, lo cual es una ventaja para los argentinos. Situado en el Caribe, el destino está bañado por las aguas del Atlántico en la costa norte. Se conforma por la isla principal, Puerto Rico, así como otros cayos e islotes menores: los principales son Vieques, Culebra y Mona.
HISTORIA EN SAN JUAN.
Con más de 500 años de existencia, San Juan es el centro cultural, social e histórico de Puerto Rico, que combina en su justa medida la magia antigua con el lujo moderno y el esplendor tropical. Es también la puerta de ingreso al destino, donde se encuentra el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, en el distrito de Isla Verde. Muchos hoteles se levantan en la avenida homónima y tienen fácil acceso a las playas urbanas que se proyectan al Atlántico y al cercano balneario de Carolina.
Condado es otra de las áreas desarrolladas turísticamente, con hoteles, restaurantes, casinos, tiendas y vida nocturna asegurada. Pero pasando el Puente Dos Hermanos se abre un nuevo panorama ante los ojos del visitante: el Viejo San Juan, con su playa aledaña bautizada Escombrón. De todas maneras, allí el encanto pasa por otro lado, sólo hay que dejarse llevar por esas pintorescas callejuelas.
El casco antiguo data del siglo XVI, de estilo colonial español, con calles adoquinadas, edificios coloridos, y rodeado por una muralla que supo conservar todas esas reliquias. De hecho, fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Vale la pena conocer los castillos de San Felipe del Morro (El Morro), San Cristóbal y La Fortaleza; la Plaza de la Rogativa; el Museo de las Américas; la Catedral de San Juan; entre otros sitios de interés.
RUMBO OESTE.
A dos horas en auto desde San Juan se despliega un área de paisajes contrastantes que vira de la aridez de las salinas de Cabo Rojo al bosque seco subtropical de Guánica. En las salinas, además, es posible observar aves (son 40 mil las que visitan cada año este paraje) y mariposas; y culminar la jornada en la playa. En tanto el bosque es hogar de más de 600 tipos de flora y fauna, incluyendo 48 en peligro de extinción, de las cuales 16 son endémicas. Aquí también se puede terminar el paseo en la isla de Gilligan.
La región cuenta con las playas de Aguadillas, conocidas como el “Jardín del Atlántico” por su espectacular vida marina y esponjas, así como por sus óptimas condiciones para practicar surf. Pero si se desea un ambiente más tranquilo, lejos de las multitudes, entonces hay que poner rumbo a la isla de Mona. A 4 horas de navegación, se llega a este paraíso remoto conocido como las “Galápagos del Caribe” por su vida silvestre, que incluye una colonia de iguanas gigantes y más de 100 especies de aves. Para acceder se requiere un permiso del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de antemano y coordinar la excursión con un operador.
EL NORTE MAS TURISTICO.
Es una de las regiones de mayor crecimiento en Puerto Rico, con nuevos hoteles de lujo y excelentes campos de golf en Dorado. Pero también ostenta variados atractivos. Comenzando por el Parque de las Cavernas del Río Camuy: se trata del tercer complejo de cuevas más grande del mundo, con aproximadamente 120 ha. Fue creado hace unos 450 millones de años por el río subterráneo Camuy, el tercero más caudaloso del orbe. Luego, vale la pena visitar el Observatorio de Arecibo, que se jacta de poseer el radiotelescopio más grande del planeta.
La zona también cuenta con el Puerto Rico Premium Outlets, que reúne 90 tiendas y joyerías de marcas reconocidas mundialmente a precios accesibles.
EL ESTE CON DIVERSIDAD DE ATRACTIVOS.
El Parque Nacional El Yunque es uno de los imperdibles de Puerto Rico, sobre todo para los amantes de la naturaleza: cuenta con 150 especies de helechos, 240 de árboles, 16 de anfibios, 20 de reptiles, 11 de mamíferos nativos y 5 de mamíferos exóticos. Allí se abren senderos muy populares, como a La Mina, cuyo corolario es una cascada; y actividades de pura aventura. También hay playa, la cual está rodeada de arboledas que proveen sombra para todos sus visitantes.
La Laguna Grande es bioluminiscente, lo cual se aprecia en excursiones que se hacen en noches sin luna. Este fenómeno se genera por unos microorganismos que irradian luces en contacto con el agua.
La zona depara, a su vez, buenas playas, muchas de ellas accesibles desde las marinas de Fajardo. Hablamos de los cayos de Icacos, Diablo, Lobos y La Barranquilla, así como las islas de Palomino y Palominito, todos ellos para excursiones de un día.
Pero las estrellas de esta región son Culebra y Vieques. La primera descansa a 27 km. de Puerto Rico y reúne montañas y excelentes playas. Flamenco, de hecho, compila lo mejor de ambos mundos: ostenta arenas blancas y está enmarcada por los cerros. También es posible visitar la Reserva Natural Canal Luis Peña, con sus playas, arrecifes y cayos ideales para el esnórquel y el buceo.
Vieques, por su parte, se localiza a 11 km. de Puerto Rico. Es una isla rústica de exuberantes manglares y bosques verdes, playas idílicas y una maravillosa bahía que brilla en la oscuridad, llamada Mosquito. Allí también merece visitarse la Reserva Nacional de Fauna, el Fortín Conde de Mirasol, la playa Sunbay, el Fuerte y el árbol de la Ceiba con más de 300 años de vida.
CULTURA Y NATURALEZA EN EL SUR.
Lejos del bullicio de otras áreas más turísticas, esta zona conserva sus costumbres autóctonas y sus parajes naturales. Por lo tanto, es posible conocer un antiguo centro ceremonial de la cultura taína, plantaciones y mansiones de la época colonial, y áreas donde se origina la materia prima del ron y el café. En Ponce y sus alrededores se encuentran todos esos atractivos.
Allí –a unos 7 km. – uno puede abrirse camino a la Isla Caja de Muertos y su playa Pelícano, que forma parte de una reserva natural junto con Cayo Morrillito y Cayo Berbería. Atesora una gran diversidad geográfica y natural, con manglares, arrecifes de coral, playas arenosas, costas rocosas y un bosque xerofítico, así como cuevas y zonas donde anidan las tortugas marinas de carey y las aves marinas.
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