Curazao: ¿Por qué visitarla al menos una vez en la vida?
La influencia de culturas como la holandesa, caribeña, africana y latina; la preciosa arquitectura colonial neerlandesa; las impresionantes formaciones geográficas; la insuperable fauna marina; la exquisita gastronomía y la punzante alegría de sus habitantes son algunos de esos atributos. Todo esto sin olvidar las bellas playas de aguas cristalinas y un clima privilegiado a lo largo de todo el año. Y también la accesibilidad y excelentes conexiones aéreas desde Colombia.
Pero veamos en detalle por qué hay que visitar Curazao…
Willemstad, su bella capital
Un recorrido por Curazao debe comenzar obligadamente por su capital, Willemstad. Lo primero que un turista ve cuando arriba a ella es una característica que la hace única: su arquitectura. El centro de la ciudad fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1997, y consta de dos distritos principales: Punda, que es la sección más antigua de la ciudad y conocida como su centro cultural; y Otrabanda, considerado el mejor sector para salir de compras.
La zona histórica de Willemstad es un ejemplo de asentamiento comercial colonial en el Caribe. Fue establecido por los holandeses a partir de la construcción de Fort Amsterdam (1634) al este de la bahía de Santa Ana, y siguió desarrollándose de manera continua en los siguientes años.
Si el recorrido se inicia por la parte más antigua de la ciudad, es decir, Punda, hay varios datos para tener en cuenta: primero, que fue construida en el siglo XVII, cerca de Fort Amsterdam, y es la única que contaba con un sistema de defensa de murallas. En esta porción de la pequeña urbe resulta imperdible una visita a Mikvé Israel-Emanuel, una de las sinagogas más antiguas de occidente, erigida por una comunidad judía en 1651. Afuera se encuentra el mayor cementerio judío del continente, con unas 5.500 tumbas y presuntamente el más antiguo del Nuevo Mundo: Beth Haim, hecho de tumbas seculares, algunas de ellas con la representación de escenas bíblicas.
El otro sitio de la ciudad que merece una visita es Otrabanda, cuya construcción data del siglo XVIII. Largas hileras de casas coloniales pintadas con los colores del arco iris hacen que la isla parezca brillar con luz propia. Una de las características de estas edificaciones son sus empinados techos con terminaciones de teja holandesa, sello de la arquitectura urbana holandesa clásica.
Considerada la capital comercial del sur del Caribe, Willemstad atrae además a compradores del mundo entero. Sucede que, cada día, una gran multitud de vendedores y mercados exhiben sus productos frescos, carnes, frutas exóticas y mucho más, como lo hace el pintoresco y colorido mercado flotante de Punda en Sha Caprileskade, justo a la vuelta de Handelskade, donde es posible pasear por el muelle y la bahía de Santa Ana.
Puentes para enamorarse
Otro de los grandes atractivos de Willemstad son sus puentes, que atraviesan las vías fluviales de la ciudad, y que fueron bautizados en honor a algunas de las reinas holandesas más recordadas. Entre ellos se destacan:
• Puente Reina Emma:
Construido en 1888 por Leonard Burlington Smith y bautizado en honor a la reina Emma (1890-1898), este puente conecta a los distritos Punda y Otrobanda. Se abre usando dos poderosos motores de barco para dejar entrar los buques al puerto.
Cuando el puente está abierto, los peatones son transportados gratis en un ferry pequeño denominado “ponchi”.
• Puente Reina Juliana:
Después de casi una década de construcción, este puente fue oficialmente abierto en el Día de la Reina, el 30 de abril de 1974, y recibió el nombre en honor a la monarca que vivió entre 1948 y 1980. Es uno de los puentes más grandes del mundo, que se eleva sobre la bahía de Santa Ana para dejar paso a los buques cisterna que ingresan al estrecho puerto. La vista es impresionante e incluye todo el panorama de Punda, Otrobanda y el Schottegat.
• Puente Reina Wilhelmina:
Fue construido en 1928 en honor a la reina Wilhelmina (1890-1945), con el objetivo de unir el área comercial de Punda con el barrio residencial antiguo de Scharloo. Originalmente era un puente levadizo que se convirtió en estructura fija cuando se destruyó el muelle en Waaigat.
Playas para todos los gustos
La isla de Curazao está conformada por más de 38 paradisíacas playas de todos los tamaños y estilos, y también para todos los gustos.
Y lo mejor de las playas de Curazao es que ostentan un ambiente cálido, cómodo y agradable. Durante el día los turistas pueden gozar del sol, el mar y su gente; mientras que por las noches muchas de ellas se erigen como escenarios de fiestas únicas. Entre ellas, se destacan:
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Playa Kalki
Se trata de una pequeña cala óptima para practicar esnórquel y buceo, que presenta además un área protegida con una plataforma flotante. Para acceder a ella es necesario bajar por un empinado camino de piedras desde la zona de estacionamiento. A mitad de camino entre esta área y la playa hay una terraza sombreada con un bar y una hermosa tienda de artículos para buceo.
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Playa Piskado
Popular para realizar esnórquel y buceo, esta pequeña playa de pescadores es perfecta para quienes desean compartir la tarea diaria de los locales y tomar pintorescas fotos. La entrada al agua es un tanto pedregosa.
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Kenepa
Es una de las más buscadas del destino. Una playa que definitivamente vale la pena visitar, a partir de sus hermosas vistas, cálidas brisas y tranquilas aguas azules, que la convierten en un lugar perfecto para relajarse. Se trata en realidad de dos playas: Kenepa Grandi (la más grande) y Kenepa Chiki (la más pequeña e íntima), también conocidas como Grote Knip y Klein Knip. Hay zonas de esnórquel y grandes extensiones de arena blanca con hermosas aguas cristalinas. Entre ambas playas hay un mirador de acantilado ideal para tomar fotos.
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Cas Abao
Arenas blancas, aguas cristalinas, altas palmeras y mucha sombra. La playa combina un escenario agreste con todas las comodidades y servicios completos. Cas Abao es ideal para los nadadores de todas las edades, y sus arrecifes constituyen un paraíso para el esnórquel y el buceo. Hay una balsa para tomar sol atada a la playa, además de bar, restaurante, duchas, baños y espacio para masajes.
TIPS PARA EL VIAJERO
Cómo moverse: sobre el transporte, la recomendación para el turista es arrendar un vehículo, ya que los precios son económicos y sólo es necesaria la licencia del país propio. Algunos hospedajes tienen transporte privado al centro, los cuales tampoco son costosos.
Cuándo viajar: de febrero a junio es la temporada más árida, y a veces simplemente no llueve. En enero, julio, agosto y septiembre pueden darse unos cuantos aguaceros. Octubre, noviembre y diciembre suelen ser los meses con más lluvia. Los aguaceros suelen ser breves e intensos, y son una refrescante interrupción del caluroso sol.
Idiomas: se habla neerlandés, papiamento, inglés y también español.