Pese a no contar con tanta prensa como Inglaterra, Irlanda del Norte o Escocia, la cuarta nación que conforma el Reino Unido debería ser una parada obligada. Con una gran riqueza natural y cultural, Gales sorprende a propios y extraños con sus castillos, pueblitos, paisajes, leyendas, historia y hasta sabores.
Este pequeño país de picos nevados, abadías abandonadas y un litoral salvaje, se caracteriza además por el espíritu amigable de sus habitantes.
Con Cardiff como estandarte, este escenario rodeado de fortalezas y museos, se reinventó para recuperar su esencia marítima y vanguardista con edificios emblemáticos, incluyendo un flamante parlamento diseñado por Richard Rogers.
De hecho, al salir de la ciudad capital, nos espera un país que parece el escenario de un cuento medieval. Castillos donde se libraron grandes batallas, bosques donde habitaron los druidas, el lago donde durmió escondida la famosa espada Excalibur, cuevas costeras donde se escondieron piratas y pueblos cuyo antiguo nombre fue tomado de leyendas orales, ilustran el paisaje.
FUERTES Y CASTILLOS.
Entre los densos y mágicos bosques que cubren Gales se encuentran varios castillos construidos a lo largo de la historia, en derredor de los cuales se fundaron ciudades y pueblos que aún existen.
Todo comenzó cuando el rey inglés Eduardo I aseguró la conquista de Gales, a finales del siglo XIII, levantando una serie de grandes fortalezas en lugares estratégicos. Se le llamó el Iron Ring (Anillo de Hierro) y estos son algunos de sus eslabones más conocidos.
-Castillo de Cardiff: antigua fortaleza Normanda levantada sobre un fortín romano, este sitio tiene todos los ingredientes para cautivarte a primera vista. Pasear por el recinto amurallado, entrar en el fuerte y disfrutar del lujo del castillo de estilo victoriano que en el siglo XIX William Burges diseñó para el conde de Bute, es sin duda amor a primera vista.
-Castillo de Conwy: otra de las locaciones más destacadas se encuentra en Conwy, una urbe medieval Patrimonio de la Humanidad que se extiende a partir del castillo del siglo XIII. Esta infraestructura –la más cara construida por la corona– sobresale por sus orgullosas torres, murallas muy bien conservadas, patios con jardines y recovecos internos diseñados.
-Castillo de Caernarfon: digno de una locación de Hollywood, este sitio destaca por sus robustas murallas, torres y ubicación estratégica en un lugar que controla las aguas del estrecho de Menai, que separa la isla de Anglesey de Gran Bretaña.
-Castillo de Caerphilly: levantado en el siglo XIII en el sur del país, este edificio fue catalogado por los usuarios de TripAdvisor como uno de los castillos más bonitos de Gales. De hecho, también es el segundo más grande de todo Reino Unido, detrás del de Windsor, y está rodeado de lagos artificiales que le dan un aspecto de cuento de hadas.
-Castillo de Laugharne: si de arte hablamos, no hay fortaleza en Gales más ligada al mundillo artístico que esta construcción. El escenario medieval de jardines victorianos reconvertido en mansión fue refugio y musa inspiradora tanto de Bob Dylan como de Richard Hughes.
-Castillo de Beaumaris: siendo el ejemplo perfecto de planificación simétrica concéntrica con 12 torres y diversos accesos, este lugar fue construido en torno de la campaña militar para conquistar el norte de Gales a partir de 1282.
-Castillo de Pembroke: suele reflejarse en las apacibles aguas del río Cleddau. Original de fines del siglo XI, el edificio está reconstruido y recrea la vida en la Edad Media. Entre estos muros repletos de historia, sus propietarios organizan conciertos y eventos
NATURALEZA VIVA.
En el territorio existen tres parques nacionales, los cuales conforman un 25% del territorio. Uno de ellos es el Parque Nacional de Snowdonia que cautiva con sus cascadas, bosques y montañas: una de las principales excursiones es visitar el bosque que rodea el cerro Craig-Yr-Aderyn, cuna de innumerables leyendas celtas. Mientras que el monte Snowdown (1.085 m.) es el más alto y se puede acceder a pie. Según la leyenda, en la cima se encuentra enterrado el malvado ogro Rhita Gawr, que fue ajusticiado por el mismísimo rey Arturo.
Por su parte, el Parque Nacional de Brecon Beacons tiene cuatro cadenas montañosas pueblos como Crickhowell y Abergavenny, famosos por su festival de gastronomía.
Por último, Pembrokeshire es el único parque nacional de Gran Bretaña ubicado en el litoral donde se erigen playas y paisajes marinos únicos, así como la ciudad catedralicia más pequeña de la zona, la encantadora St David's.
La costa de Gales –de 1.400 km– se puede recorrer a pie, disfrutando de vistas privilegiadas desde los acantilados, playas, montañas, y verdes paisajes.
EN MODO AVENTURA.
En medio de una exuberante naturaleza, pequeños pueblos e imponentes castillos que atraen a viajeros de todo el mundo, Gales también es sinónimo de aventura y deportes de riesgo. Si eres de los que disfrutan cuando la adrenalina recorre libremente tu cuerpo, Coasteering es tu lugar en el mundo. En esta región costera nadar en un mar agitado, trepar rocas y realizar saltos desde los 12 m. conforman el menú.
En este orden y cerca de las antiguas minas de pizarra de Llechwedd, en la región galesa de Snowdonia, las opciones varían desde senderismo hasta deslizarse en tirolesa por las montañas a gran velocidad.
La escalada es una materia recurrente en el Parque Nacional de Snowdonia: no en vano, aquí entrenó el alpinista Sir Edmund Hillary para su famosa ascensión al Everest.
Pese a que se puede disfrutar del surf en varias de las playas galesas, en las tierras de Snowdonia las condiciones climatológicas son ideales para practicar deportes acuáticos. Además aquí hay una laguna artificial de 300 m. de largo en la que unos potentes motores generan olas de distintos tamaños de manera constante. En ella se puede disfrutar de surf, SUP (Stand Up Paddle), kayaking, surf yoga o, simplemente, nadar.
SABORES DE ANTAÑO.
Si bien varios de los platos tradicionales están influenciados por la cocina inglesa, en Gales se utilizan más verduras. Esta nación produce e incluye en su dieta el cordero o la cría de la oveja, aunque también encuentra la carne de ganado vacuno entre sus ingredientes predilectos.
Asimismo, la comida tradicional, principalmente en la zona costera donde se destaca la actividad pesquera, son los pescados, mariscos y moluscos. En lo referente al dulce es necesario destacar las tortas galesas y el bara brith (pan dulce con pasas).
Respecto a las bebidas y al igual que en casi todo territorio británico, beber té para desayunar o a las 17 forma parte del plan diario.
Otro ícono local es la cerveza que se consume a partir de barril, y las cervecerías regionales tienen su propia cadena de pubs donde se sirven sus pale, mild y stout, mediante el viejo sistema de engine o el más moderno de empuje con nitrógeno.
Un pueblo con un nombre peculiar Con un atractivo muy particular, viajeros de todo el mundo llegan hasta aquí para tomarse fotos y sellar su pasaporte en la oficina municipal local. Sin playas encantadoras ni paisajes fascinantes, una localidad de 3 mil habitantes al norte de Gales, en la isla Anglesey, se roba gran parte de los flashes internacionales. Miles de turistas llegan a la estación de tren local para retratar una imagen en el pueblo con el nombre más largo de Reino Unido y el tercero del mundo: Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch. En galés, el nombre del pueblo significa "Iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y la iglesia de San Tisilio cerca de la gruta roja". Y en vistas de las dificultades que tiene su pronunciación, para referirse a él se usa en general "Llanfair PG".
Cómo llegar: a menos de 60 minutos en avión desde Manchester, Birmingham y Liverpool.
Moneda: libra esterlina.
Clima: cambiante pero lo más probable es que llueva.
Informes: www.visitbritain.com/es/es/Gales