En tan solo 50 años, Abu Dhabi pasó de ser un colosal desierto habitado por tribus nómades a una ciudad futurística, capital de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
La gran gema turística de Medio Oriente
Su meteórico crecimiento no fue casual y tiene la clave en el hallazgo de hidrocarburos, especialmente petróleo. El oro negro se encontró por primera vez en su territorio en 1958 y su influjo motorizó la economía de la región. Con la independencia de los Emiratos, en 1971, y gracias a los petrodólares, las tradicionales viviendas de barro fueron dando lugar a bancos internacionales, boutiques de primeras marcas y modernas torres.
Pero consciente de que los recursos de la tierra no son para siempre, el gobierno comenzó a favorecer diversas inversiones industriales, con foco en bienes raíces, turismo y comercio minorista. Hoy, los sectores no petroleros y gasíferos constituyen el 64% del PIB total de los EAU.
Más allá de los lugares comunes, Abu Dhabi es una ciudad sorprendente. Segura, limpia, hospitalaria y con mucho para descubrir.
LOS IMPERDIBLES.
Una vez llegados, nada mejor que explorar la urbe con el Big Bus, servicio de autobuses de dos pisos con 23 paradas donde es posible ascender y descender las veces que uno quiera. El circuito está narrado en ocho idiomas, incluido español, y su costo es de 230 dírhams (ver la paridad cambiaria en el recuadro).
Un dato: el boleto del Big Bus brinda acceso gratis a varias atracciones y otorga un 50% de descuento al Observation Deck at 300, en el piso 74 de las Etihad Towers. Un fabuloso mirador panorámico al golfo Pérsico que cuenta con cómodos sillones y un elegante bar. El mejor momento es la puesta del sol, pero no se ilusione con disfrutar de la vista tomando un rico trago: siguiendo las normas musulmanas no se sirve alcohol. Encontrará, sin embargo, una gran variedad de infusiones.
Tras esta introducción al Abu Dhabi turístico, todos los caminos llevan a la atracción número uno de la urbe, la mezquita Sheikh Zayer. Considerada una de las maravillas del mundo islámico y también una de las más grandes, está edificada sobre un terreno elevado que la hace más imponente aún. Puede recibir 41 mil fieles y su sala principal ostenta candelabros recubiertos en oro fabricados por Swarovski y una alfombra de 5.600 m², la más grande del mundo, construida a un costo de US$ 545 millones. La entrada es gratuita, cierra los viernes y se exige vestimenta “apropiada”: hombres con pantalones largos y mujeres con la cabellera cubierta.
Otro imperdible es el museo al aire libre Heritage Village, réplica a orillas del mar de un campamento beduino antes del descubrimiento del petróleo, con artesanos exhibiendo sus habilidades en metales y cerámicas. La entrada es gratuita.
En la agenda de viaje no puede faltar una incursión por las dunas que conforman el omnipresente paisaje emiratí. Una experiencia inolvidable que Arabian Nights Village propone vivenciar en la plenitud del desierto, donde levantó la recreación de un campamento árabe. El programa incluye paseos en camello, el vértigo de subir y bajar altos médanos en camionetas 4x4, sandboarding y una cena buffet con música típica en vivo y danzas árabes. Como broche de oro, por unos minutos se apagan todas las luces para poder admirar la magnitud del cielo estrellado. El precio, con traslados incluidos, es de 300 dírhams, a los que puede añadírsele una noche de estadía en sus cabañas, completamente equipadas, a razón de 1.500 dírhams con desayuno.
RÉCORDS Y COMPRAS.
¿Puede un hotel ser un atractivo turístico de primer nivel? En Abu Dhabi sí. Se trata del Emirates Palace, el de mayor costo de construcción en el mundo: US$ 3.000 millones. Vale la pena deambular por sus amplios pasillos, decorados con oro y mármol, observar el primer cajero automático de la región que dispensa oro (Gold to Go) y disfrutar de un Palace Cappuccino adornado con copos de oro 24 quilates en el lobby bar (60 dírhams más impuestos).
En la isla de Yas, a la que se puede llegar con el Big Bus, se levanta el Ferrari World, singular parque temático dedicado a los fanáticos de la velocidad. Su construcción central, que emula el perfil de la Ferrari GT, ocupa 86 mil m² donde -bajo aire acondicionado- se hallan una veintena de atracciones, cinco restaurantes y varias tiendas de regalos. Su mayor tesoro es la Formula Rossa, la montaña rusa más veloz del mundo, cuya aceleración alcanza los 240 km/h. La entrada cuesta 250 dírhams.
Que el Ferrari World esté emplazado en la isla de Yas no es casual. Aquí se corre desde 2009 el Gran Premio de Fórmula 1. El circuito es aprovechado el resto del año para otras competencias automovilísticas y eventos artísticos.
En la isla de Yas también funciona un parque acuático, Waterworld Abu Dhabi, con 43 juegos y toboganes que apuntan a paliar el intenso calor de los meses veraniegos.
A la hora del shopping, la sed por marcas internacionales de moda en general puede saciarse en el Marina Mall, uno de los más grandes de la ciudad, que ostenta más de 400 tiendas comerciales. Cuenta con una torre de observación de 110 m. de altura con un restaurante giratorio.
Para artículos típicos y especialmente joyería, nada mejor que el Zoco del Oro, con cerca de 300 locales donde el regateo es ley.
Por cierto que hay mucho más para ver y hacer en esta sorprendente ciudad. Tome un mapa y déjese llevar. Seguridad, limpieza y hospitalidad serán una constante.
LO QUE VENDRÁ.
En su decidida apuesta por el turismo, Abu Dhabi proyecta erigir un colosal distrito cultural en la isla de Saadiyat, a 5 minutos del centro urbano, que tendrá como nave insignia a una filial del Museo del Louvre de París, que se inaugurará antes de fin de año a un costo de US$ 650 millones.
A partir de entonces y hasta 2020, se le irán sumando una extensión del Guggenheim neoyorquino y el Museo Nacional Zayed, dedicado al fundador de los EAU, el jeque Zayed bin Sultán Al Nahyan, junto a un centro de exhibiciones artísticas que contará con representaciones de gran calibre todo el año.
En 2018 la isla Yas será escenario de la llegada de Batman, Superman y otros famosos superhéroes de la pantalla grande de mano del parque temático Warner Bros. Producto de un acuerdo entre la firma estadounidense y un desarrollador local, contará con un hotel y varias salas de cine tras una inversión de US$ 1.000 millones.
Al compás de un creciente volumen de arribos turísticos y de negocios, el Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi va a ser ampliado al más puro estilo emiratí. Se le añadirá un edificio terminal de 700 mil m² con 204 posiciones de check-in y 56 puertas de embarque (ocho de ellas aptas para el A380, el avión comercial más grande del mundo) con vistas a atender 27 millones de pasajeros en 2017. El costo alcanzará los US$ 6,8 mil millones.
Cómo llegar: Etihad Airways, la multipremiada aerolínea nacional de los EAU, tiene un vuelo diario sin escalas entre San Pablo y Abu Dhabi, con conexión en código compartido con Aerolíneas Argentinas partiendo del Aeroparque de Buenos Aires.
Requisitos de entrada: los ciudadanos de todos los países de Latinoamérica necesitan visa para ingresar a los EAU. Ésta debe ser tramitada online, tiene validez por 60 días a partir de la fecha de emisión y su costo asciende a US$ 96.
Idioma: la lengua oficial es el árabe; el inglés se habla prácticamente en todos lados.
Moneda: el signo monetario de los EAU es el dírham, que desde fines de 1997 se mantiene anclado al dólar estadounidense. La cotización es de 3,6 dírhams por dólar.
Clima: muy caluroso en verano, con registros medios que pueden superar los 40º C y altos porcentajes de humedad. De octubre a mayo el tiempo es mucho más fresco, con temperaturas diurnas promedio que oscilan de 18ºC a 24ºC. El sol brilla el año entero y las lluvias son escasas.
Vestimenta: se aconseja que las mujeres se cubran hombros y espalda, y que vistan shorts o polleras por debajo de las rodillas.
Alojamiento: desde el ultralujoso Emirates Palace a acogedores hoteles de 3 estrellas, como los de la cadena Al Diar, un viaje a Abu Dhabi puede adaptarse a distintos presupuestos. Las tarifas descienden notablemente en los calurosos meses de verano.
Comer y beber: la gastronomía que más se observa tiene raíces en India y Líbano. Para gastronomía internacional nada mejor que los restaurantes de hoteles, lo mismo que para beber alcohol. Por restricciones religiosas no hay bares a la calle.
Informes: www.visitabudhabi.ae
Temas relacionados