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Un recorrido monumental por la París de Napoleón

La multiplicidad de París, permite hacer un trayecto, visitando íconos monumentales relacionados con el legado del Emperador Napoleón Bonaparte.

Ridley Scott acaba de estrenar su más reciente film: “Napoleón”. El director británico creó una biopic del más conocido de todos los franceses, protagonizada por Joaquín Phoenix y Vanessa Kirby. Más allá de dónde se rodó la película, la realidad es que en pocos lugares como en París, es más palpable el legado de Napoleón Bonaparte.

Cuando el propio Napoleón llegó a París, con 15 años, fines del siglo XVIII, para estudiar en la Escuela Real Militar, la capital francesa era una ciudad medieval con calles y callejones oscuros y poca higiene.

Con su mezcla de clasicismo francés y urbanismo italiano (surgido de sus orígenes corsos), las obras encargadas por Napoleón fueron los primeros hitos de un recorrido que comenzó a transformar a París en la gran urbe cosmopolita que es hoy.

De hecho, algunos de los grandes monumentos de la capital francesa, los más distinguidos lugares de París, son consecuencia de las decisiones de Napoleón.

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Los artífices de la nueva biopic de Napoleón: el cineasta Ridley Scott y el actor Joaquín Phoenix.

Los artífices de la nueva biopic de Napoleón: el cineasta Ridley Scott y el actor Joaquín Phoenix.

Curiosamente, en una época se lo quiso “borrar” y varias calles que llevaban su nombre o le rendían homenaje de distinto modo, cambiaron su nombre. Tal es el caso de la Rue de la Paz o de la Avenida de la Ópera.

Incluso, más de 20 estaciones de subterráneo, homenajean o recuerdan a Napoleón y a su historia. Dos buenos ejemplos son las de Austelitz y Wagram, dos batallas ganadas por el Emperador francés.

Tras los pasos de Napoleón en París

Es posible recorrer la capital francesa centrándose en la figura de Napoleón y hasta hacerlo cronológicamente.

El 3 de octubre de 1795, se produjo en París un alzamiento contrarrevolucionario, que pretendía restaurar la monarquía. Llamado a improvisar la defensa de la capital y la represión a la rebelión, Napoleón conformó un contingente de militares y voluntarios y combatió en la Rue Saint Honoré. Allí, en la Iglesia de San Roque, se pueden ver aún agujeros tapados en las paredes, consecuencia de los disparos de aquella jornada. El embate de Napoleón, obligó a los sublevados a retirarse al Palacio de la Tullerías donde finalmente se rendirían.

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La Iglesia de San Roque no fue construida a instancias de Napoleón, pero presenció el inicio de su carrera político-militar: en su frente, Napoleón reprimió la contrarrevolución de 1795.

La Iglesia de San Roque no fue construida a instancias de Napoleón, pero presenció el inicio de su carrera político-militar: en su frente, Napoleón reprimió la contrarrevolución de 1795.

La toma del poder y las grandes obras

En 1799 y mediante un golpe de Estado, Napoleón asume como cónsul de Francia. Desde esa posición se comienzan a concretar las primeras grandes obras. Por ejemplo, la Rue de Rivoli, de 1801, la primera gran avenida de París, de 800 metros de largo. Los trabajos implicaron construir varias calles transversales, como las Rue Pyramids y Castiglone, que homenajean diversas batallas victoriosas. En la Rue Rivoli, se incluirá un novedoso sistema de alcantarillado.

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La Rue Rivoli introdujo un innovador sistema de alcantarillado en París.

La Rue Rivoli introdujo un innovador sistema de alcantarillado en París.

Apenas cinco años después, en 1804, se corona Emperador. Desde esa posición profundiza su reforma de París. Para entonces, el genio militar ya había desarrollado sus campañas en el Norte de Italia y en Egipto.

Al año siguiente, en 1805, se produjo la batalla de Austerlitz, “La batalla de los Tres Emperadores”, probablemente el éxito militar más resonante e impresionante de Napoleón. Su ejército de 72 mil hombres superó a una fuerza mayor de 85 mil, sufriendo 8.818 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, versus 27 mil bajas ocasionadas al ejército austro-ruso.

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Uno de los mayores íconos de París: el Arco del Triunfo

Uno de los mayores íconos de París: el Arco del Triunfo

Napoleón prometió a sus tropas que la regreso a París serían recibidas con gloria y desfilarían bajo arcos de triunfo. De allí surge la idea que construir el primer Arco del Triunfo, en Place de L’Etoile, sobre la Avenida de La Grande Armée, construido a partir de 1806 para homenajear la victoria en Austerlitz.

La obra tomó tres décadas para estar terminada. Con sus imponentes 50 metros de alto, 45 de ancho y 22 de profundidad es uno de los monumentos más icónicos de París y del Mundo. En sus paredes se pueden admirar cuatro grupos escultóricos: “La partida de 17922” que celebra a la Primera República Francesa; “El triunfo de 1810”, que recuerda al Tratado de Schönbrunn; “La resistencia de 1814”, que conmemora a la Guerra de la Sexta Coalición; y “La paz de 1815”, que hace alusión al Tratado de París. A ellos se suman otros seis relieves que retratan episodios históricos: “Los funerales del General Marceau”, “La batalla de Aboukir”, “La batalla de Jemappes”, “La batalla del Puente de Arcole”, “La caída de Alejandía”; y “La batalla de Austerlitz”.

La Iglesia de la Magdalena

De ese mismo 1806 es la Iglesia de la Magdalena (La Madeleine), situada en la homónima Plaza de la Madeleine, de estilo greco-romano. La obra fue concebida de modo monumental y también debía honrar los logros militares. De hecho, el templo debía llevar grabados en sus paredes, los nombres de todos los soldados caídos en las batallas de Ulm, Austerlitz y Jena. Sin embargo, la economía fue sitiando el proyecto que se fue reduciendo hasta convertirse una iglesia “convencional”. Sin embargo, su estilo greco-romano la emparenta con el partenon y su espectacularidad. Quizás su condición de templo católico fue lo que le garantizó que, caído el emperador, en 1815, se siguiera construyendo durante la Restauración Borbónica. De hecho, se inauguró en 1842.

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La espectacular Iglesia de la Magdalena.

La espectacular Iglesia de la Magdalena.

También de 1806 es la Columna de Vendôme, coronada con una de las pocas estatuas de Napoleón en la cima que se conservan y que curiosamente fue adicionada posteriormente, por orden del emperador Napoleón III. Localizada en la Plaza Vendôme, tiene una altura de 44 metros, la columna reemplazó a su vez una efigie de la República que, a su vez, había desplazado a una estatua ecuestre del rey Luis XIV.

La Columna de Vendôme se inspiró claramente en la Columna de Trajano, situada en Roma. Se terminó de construir en 1810.

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La Plaza de la Vendome, dominada por el Columna del mismo nombre.

La Plaza de la Vendome, dominada por el Columna del mismo nombre.

Obras de ingeniería

También en 1806, Napoleón encarga la construcción de un segundo Arco del Triunfo que se conoce hoy como “del Carrousel”, por estar emplazado en la Plaza del Carrousel, sobre la Rue Rivoli, entre el Museo del Louvre y el Palacio de las Tullerías. De estilo neoclásico, está coronado por una réplica de los cuatro caballos de cuádriga que adornaban la Piazza San Marcos, de Venecia. En una época, el Arco exhibió en su cima los caballos venecianos originales.

Curiosamente, anterior al esplendoroso 1806, en 1802, Napoleón dio punto de comienzo a una serie de obras hídricas centrales, tanto para brindar una mejor calidad al servicio de agua potable de París, como para brindarle un nuevo rostro. Nos referimos al Canal de L’Ourcq, de 108 kilómetros de largo y los menores canales de Saint Martin (que conecta al Canal de L’Ourcq con el río Sena, que atraviesa a París) y de Saint Denis. Algunos de esos canales se pueden visitar y recorrer.

Finalmente, como no terminar este recorrido parisino de Napoléon, sin visitar su tumba, situada en Los Inválidos. Como se sabe, el Emperador murió en el exilio, en la Isla de Santa Elena. Napoleón falleció el 5 de mayo de 1821. Debieron pasar 19 años hasta que el rey Luis Felipe I dispusiera la repatriación de sus restos. Sus restos descansan en el complejo de Los Inválidos, donde se encuentran los museos del Ejército, de la Orden de la Liberación y de los Planos y Relieves. Junto a la tumba de otros militares célebres franceses y la tumba de varios de sus descendientes, como José Napoleón I de España, Jerôme Bonaparte y su hijo, Napoleón II.

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El mausoleo donde reposan los restos del Emperador Napoleón, en Los Inválidos.

El mausoleo donde reposan los restos del Emperador Napoleón, en Los Inválidos.

El cuerpo del Emperador se encuentra en un mausoleo, en el centro de una cripta circular. Para verlo en su plenitud desde arriba, hay que inclinarse, como una última y postrera reverencia.

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