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Sol y Playa

Cascais para jóvenes

Por su cercanía a Lisboa (20 km.), Cascais constituye una escapada perfecta en busca de un espacio para el relax en sus playas o una pizca de aventura en sus parques.

Que el título no resulte limitante: Cascais es especial para jóvenes (y ya vamos a contar por qué), pero también para aquellos con alma jovial. Tampoco vamos a acotar nuestra estadía en este enclave únicamente, sobre todo porque las distancias son cortas y los destinos vecinos muy accesibles. Así que en un mismo viaje es posible atracar en Estoril, Sintra y, claro está, en Lisboa.

¿Qué ver en Cascais? Comencemos por el principio. Cascais fue en 2018 Capital Europea de la Juventud. También hay que decir que Cascais cuenta con el 40% de su población menor de 35 años, por lo cual la movida nocturna y la oferta de entretenimiento responden a los intereses de esta franja etaria.

LAS PLAYAS DE CASCAIS.

Luego de los días intensos a pura caminata y visitas que pasamos en Lisboa, Cascais constituye la escapada ideal para relajarse en la playa, animarse a surcar las olas más desafiantes y desandar el Parque Natural Sintra-Cascais a pura aventura. El destino, además, es de fácil acceso desde la capital portuguesa: se encuentra a sólo 20 km. que se pueden cubrir en tren o en vehículo por una carretera panorámica que invita a la contemplación.

En cuanto a la costa hay que decir que fue nominada como Quality Coast y con la bandera verde ECO XXI, asegurando espacios limpios y sustentables. Existen dos áreas amplias para disfrutar de las playas: las ubicadas en las zonas urbanas, que son pequeñas calas a las que se ingresa caminando, rodeadas de palacetes y restaurantes; y las más alejadas enmarcadas en pleno parque natural y por acantilados, con olas inmensas.

Desde el Tajo hacia el oeste se suceden las playas de Carcavelos, que espera a los viajeros con su mar movido especial para surfistas y el vino elaborado en fincas de la zona (que acompaña perfectamente el pescado frito infaltable de una comida); Parede, Avencas, São Pedro, Azarujinha y Tamariz, que conforman un paseo ideal para hacer caminando o en bicicleta (además de desplegar piscinas naturales de gran belleza), ubicadas a la altura de Estoril; y Moitas, Duquesa, Rainha (en Cascais), mientras que más hacia el norte, sobre el parque, se emplazan Cresmina, Guincho y Abano. Hasta Guincho se puede llegar en bicicleta: es la playa más buscada por los surfistas y la que cuenta con una gran movida entre los jóvenes. Además allí comienza el Parque Natural Sintra-Cascais, con más actividades para hacer.

PARQUE NATURAL SINTRA-CASCAIS.

La aventura, entonces, continúa en el Parque Natural Sintra-Cascais jalonado por dunas, bosques, lagunas, acantilados y playas. Ubicado a 2 km. de Cascais, es morada del cabo da Roca, el punto más occidental de Europa; y la sierra de Sintra, como los exponentes más famosos del área.

Podemos comenzar explorando la duna da Cresmina y la zona de Guincho que está perfectamente señalizada e informa sobre la flora y la fauna existente en la zona.

En Pedra Amarela Campo Base es posible realizar deportes de aventura como mountain bike, tirolesa, escalada y rappel.

Otro imprescindible es bajar de Sintra a Colares en el pequeño tranvía rojo que serprentea el valle en una excursión de gran belleza escénica.

Para recorridos en bicicleta, las opciones son múltiples: un derrotero interesante es el que va desde Guincho a la Boca do Inferno, destino que deslumbra con su inmensa caverna abierta hace 150 millones de años, con una caldera unida al mar por un arco y por donde las olas se estrellan con fuerza inusitada. Allí también se levantan el Fuerte de Oitavos y el faro da Guía, que data del siglo XVIII. No hay que perderse un atardecer en este lugar: allí se levanta un restaurante donde acompañar el momento con un buen vino.

CASTILLOS DE CASCAIS.

Al visitante novato seguramente le llamarán la atención los palacetes que se encuentran desperdigados por la zona. La respuesta es que desde 1870 Cascais y su costa fue elegida por la realeza para pasar sus vacaciones. El interés llegó a otras celebridades que quedaron fascinadas por el destino.

La huella de esos visitantes puede apreciarse hoy en sitios como el Museo de la Presidencia, de hecho la antigua residencia de verano de los reyes lusitanos y que forma parte de la Cidadela de Cascais, cuya construcción se retrotrae al siglo XVI. Allí uno puede darse una vuelta por el Art District, otro reducto donde los jóvenes se expresan, ya que reúne galerías de arte contemporáneo.

El siguiente paso es conocer la Casa de Santa María, cuyo estilo refleja la influencia árabe a través de sus arcos de herradura y sus azulejos del siglo XVI. Fue morada de reyes, duques y condes; y forma parte del conjunto del Farol Museo de Santa Marta y el Museo Biblioteca Condes de Castro Guimarães, con una muestra más que interesante de arte y piezas históricas.

La Casa Museo Verdades de Farias es otro sitio imperdible, construido a principio del siglo XX, que reúne la herencia de dos artistas portugueses: Michel Giacometti y Fernando Lopes-Graça.

Hay más lugares interesantes para descubrir, algunos en las afueras, pero nunca demasiado lejos: el Palacio Nacional de de Sintra, el Castillo dos Mouros, el Palacio Nacional da Pena, el Chalet de la Condessa d´Edla, la Quinta da Regaleira, el Palacio de Seteais, la Quinta de Monserrate y el Palacio Nacional de Queluz, entre otros.

OTROS SITIOS EN CASCAIS.

Para completar la visita a Cascais, el Museo do Mar permite comprender la relación estrecha existente entre el destino y el mar a través de muestras de historia natural, etnología y arqueología submarina.

Muy cerca se localiza la Casa das Historias Paula Rego, con un estilo arquitectónico particular y donde se exhiben obras de la artista portuguesa.

También se levantan iglesias con varios años a cuesta como Matriz da Assunção, que data del siglo XVI y presenta un estilo portugués que se pone de manifiesto en sus azulejos y en las obras de artistas representativos del país. Si bien la Iglesia da Misericordia también es añosa, lo cierto es que sufrió daños con el terremoto de 1955, con lo cual fue reconstruida. Algo similar ocurrió con la Iglesia de Santo Antonio.

www.visitcascais.com

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