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Sudamérica

Galápagos: encuentro cercano con la naturaleza

Único en el mundo por la variedad y los tipos de seres vivos que se pueden encontrar, el archipiélago constituye el destino ideal para los amantes de la naturaleza. Con un 97% de su territorio protegido, el destino despliega áreas donde observar iguanas, aves y tortugas; playas de singular belleza; y escenarios esculpidos por la lava.

Especies únicas en el mundo. Las Galápagos constituyen una fuente inagotable de información, donde se puede aprender de la madre natura en vivo y en directo, con la ayuda de los guías y la muestra palpable de los ejemplares que se dejan ver hasta en las calles de Puerto Ayora, capital de la isla Santa Cruz, puerta de entrada al resto del archipiélago. Las iguanas muchas veces aparecen en la playa y los caminos de acceso, siempre impertérritas, tratando de captar los rayos de sol. También están los cormoranes no voladores, especies endémicas, que se zambullen varios metros para buscar su alimento bajo el mar. Y las fragatas, rebautizadas como “piratas del aire”, porque les roban a otras aves sus presas recién capturadas del agua. A cada paso –en la mayoría de las islas-, y en cada relato uno no deja de asombrarse ante la sabia naturaleza.

Estación Científica Charles Darwin. Ubicada en la isla Santa Cruz –en Puerto Ayora-, representa un excelente preámbulo para introducirse en el fascinante mundo de las tortugas gigantes. En forma didáctica y amena, el visitante aprenderá sobre el origen y la mutación de las islas, sobre cómo algunas especies llegaron –y se quedaron definitivamente- por las corrientes marinas y acerca de la crianza de los quelonios. Se los ve desde pequeños agrupados por especies, los cuales son criados hasta los 4 a 5 años hasta que adquieren la suficiente fortaleza como para salir a la vida natural para enfrentar a sus predadores. Y uno sigue aprendiendo: que el acto de apareamiento tarda cinco horas, que demoran entre 2 y 4 semanas para hacer la digestión, que viven unos 150 años, que no escuchan ni ven…

Descubrir a las tortugas en su hábitat natural. En Santa Cruz, hay que salir unos kilómetros del pueblo, y ascender algunos metros por las tierras fértiles y húmedas para toparse con ellas. Se las ve pastando al costado del camino, entre los árboles y en los campos. Existen áreas, como el Rancho Primicia, donde previo pago de un ingreso se las puede ver bien de cerca.

Tour de la Bahía. Clásico paseo embarcado en la isla Santa Cruz, permite acercarse a la lobería, nadar entre estos ejemplares, descubrir a las aves de patas azules, los cangrejos de colores brillantes y hasta algunos tiburones arrecifes que pasean por el canal del Amor. También cabe la posibilidad de hacer algo de esnórquel y, si la suerte acompaña, divisar tortugas marinas.

Relax en la playa. Tortuga Bay, en la isla de Santa Cruz, es un destino que vale la pena. De arenas suaves y mar sosegado, es el premio al esfuerzo que representa caminar –o correr- 2,5 km. por un sendero bien hecho, entre cactus y rocas volcánicas. Desde el centro de Puerto Ayora uno se puede tomar un taxi –US$ 2- hasta el ingreso al área. Hay iguanas al costado del camino y cormoranes que revolotean por allí. La playa es un remanso de placer, con poca gente, algo de vegetación, la arena bien fina y el mar que parece una laguna.

Isla Santiago. Para admirar la geografía caprichosa calada en las rocas volcánicas, las costas de arena oscura y los picos que dejan ver sus cráteres. Un sitio, en definitiva, donde la actividad volcánica del pasado dejó sus huellas. Ubicada al noreste de la isla de Santa Cruz, se puede visitar la bahía James, con los restos de lava negra; el volcán Pan de Azúcar que se divisa desde el puerto Egas; las playas de la zona en cuya orilla –calada por la lava- se forman piscinas naturales; y la bahía Sullivan, donde la erupción volcánica parece que fue ayer, con sus extrañas formaciones forjadas por la naturaleza.

Isla Rábida. A 5 km. al sur de Santiago, este sitio está coronado por playas de arena rojiza, frecuentado por cientos de especies de aves, como pelícanos, piqueros y nueve ejemplares de pinzones, que usualmente comparten el territorio con colonias de lobos marinos. En la laguna de agua salada se pueden avistar, además, flamencos rosados. Vale la pena seguir el sendero turístico para obtener vistas de la bahía Rocky, ideal para experimentar un atardecer; y de toda la isla, a unos 370 m. La vida marina también es abundante, sobre todo de delfines y, de junio a octubre, de las ballenas jorobadas.

Isla Isabela.
Es la más grande del archipiélago, ubicada al oeste de Santiago y Santa Cruz. Hay mucho por descubrir, pero básicamente existen dos paseos que se destacan sobre el resto: una caminata para los que se animan a la aventura, ya que trepa hasta el volcán Alcedo, atravesando diferentes hábitats y como corolario ver a las tortugas gigantes. Otro de los sitios imperdibles es la bahía Urbina, para admirar las iguanas terrestres que en otras islas casi no aparecen.

Isla Bartolomé. Con un paisaje lunar, este lugar es la plataforma ideal para observar a los pingüinos de Galápagos nadando en aguas tropicales. Sí! Los pingüinos que habitualmente se encuentran en zonas frías aquí se los puede ver al norte de la isla. También Bartolomé es el lugar elegido por las tortugas verdes de mar para concretar su apareamiento. Y entre enero y marzo llegan hasta la orilla para anidar.

Isla Fernandina. Al extremo oeste, es una de las más jóvenes y de mayor actividad volcánica. Por lo tanto, es escasa la vida natural que tiene, aunque las iguanas de mar son las que colonizaron este territorio. Durante la época de reproducción viran de color de verde a azul y luego al rojo. En Punta Espinoza están recostadas tomando sol o nadando en el mar. Esta pequeña ensenada también es habitada, en menor medida, por pelícanos, fragatas, pingüinos de Galápagos y garzas.

Datos esenciales

Alojamiento: al ser un archipiélago, los visitantes pueden alojarse en la isla Santa Cruz, donde existen varias opciones de hoteles, y tomar excursiones a la mayoría de las islas. La otra opción más usual es embarcarse en un crucero, donde se pernocta e ir bajando en cada lugar.
Ubicación:
el archipiélago se encuentra a casi 1.000 km. de la costa ecuatoriana, con lo cual se llega vía aérea hasta la isla de Baltra, donde se encuentra el aeropuerto, y desde allí se cruza en barco (15 minutos) hasta Santa Cruz.
Islas: son 13 principales, seis menores y decenas de islotes de origen volcánico. Moneda: dólar. Información adicional: [email protected].

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