“Clavo mi remo en el agua/llevo tu remo en el mío/Creo que he visto una luz al otro lado del río”, Jorge Drexler.
Colonia: la cercana tranquilidad acunada por el río
De un lado del río, la urbe monstruosa, hermosamente frenética, que late permanentemente con un ritmo abrumador. Del otro lado, la pequeña y acogedora Colonia del Sacramento. Qué decir de este hermoso enclave oriental: que se erige, por ejemplo, como una inmejorable opción para vivir relajadas jornadas lejos del mundanal ruido. Al pensarla, nos envuelve una atmósfera de paz, mientras que un ritmo cansino nos transforma y marca el paso.
Apenas pisa sus calles, quien la visita se va enterando de que Colonia del Sacramento fue fundada en 1680 por el portugués Manuel Lobo; que la ciudad pasó del dominio portugués al español varias veces, hasta la Declaratoria de Independencia de la Banda Oriental en 1825; y que estos sucesos hicieron del Casco Histórico de la capital coloniense –declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1995– un crisol de estilos arquitectónicos y urbanísticos en el que conviven estilos típicamente portugueses con viviendas de porte español. Imposible no perderse en este pequeño entramado de callejuelas donde se respira historia, sin disfrutar completamente de la caminata.
Un detalle: cuando se trata de calles con impronta portuguesa, las veredas casi no existen. En cambio, en las españolas sí las hay y desaguan hacia los laterales; no hacia el centro como ocurre con las anteriores.
En esta zona se abre de manera natural la vista sobre el Río de la Plata. El Portón de Campo o Puerta de la Ciudadela es, junto a la Plaza Mayor, el eje de la ciudad vieja. Antiguamente permitía el acceso al área fortificada y servía de defensa ante posibles ataques enemigos.
A SEGUIR RECORRIENDO
Saliendo de la Calle de los Suspiros, hacia uno u otro lado –hacia el río por una arteria perpendicular, o hacia la Plaza– la belleza continúa: es un deleite para la vista tantas florcitas naranjas y rojas en los frentes de las casas, contrastando con el color de león del Río de la Plata. Desde la plaza se observan el hermoso pasaje Johanna Galväo, la Casa de Juan Antonio Lavalleja, jefe de los famosos 33 Orientales; el Museo de la Casa de Nacarello, uno de los mejores ejemplos para contemplar la vida de los lusitanos en Colonia durante los siglos XVII y XVIII; y el Museo Municipal, que funciona en la añeja casa de dos plantas del almirante Guillermo Brown. Junto a esta se ubica, en la esquina, la Casa de los Virreyes, y enfrente el Archivo Histórico Regional, instalado en una casona original de 1750.
Dos visitas impostergables en Colonia son el Faro y la Basílica, que pueden realizarse mientras se continúa el itinerario entre las principales callecitas del Casco Histórico.
Las obras para construir el faro comenzaron en 1855, sobre las ruinas del convento San Francisco Xavier. Encendió su luz por primera vez el 24 de enero de 1857. Durante el día, los visitantes pueden subir por las largas escaleras y disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad, sus alrededores y el río.
En cuanto a la basílica del Santísimo Sacramento, ubicada hacia un lateral de la Plaza de Armas, es considerada la iglesia más antigua de Uruguay. Si bien fue reconstruida en numerosas oportunidades, sus orígenes se remontan al mismo año de la fundación de la ciudad, 1680, cuando apenas era un modesto rancho de paja y adobe. En 1699 fue erigida con piedra y cal. A partir de allí pasó por distintas etapas hasta ser restaurada totalmente entre 1808 y 1810. Desde entonces se destaca por sus anchos muros, altares, hermosas tallas y un retablo del siglo XVI. Conserva la concepción original de una sola nave flanqueada por capillas laterales, con muros portugueses de mampostería de piedra y ladrillo, y cubierta con bóveda de cañón.
Volviendo al Casco Histórico, quizás quede tiempo para visitar alguno de los ocho interesantes museos que funcionan entre las callejuelas de Colonia, como el Museo del Periódico Histórico Portugués, el Museo Municipal Dr. Bautista Rebuffo o el Museo y Archivo Histórico Regional.
LA REFUNCIONALIZACIÓN DE LA PLAZA DE TOROS
Va quedando atrás la idea de que el Real de San Carlos de Colonia –también popularmente conocido como la Plaza de Toros, y localizada a unos 4 km. del Casco Histórico– continúe siendo una obra arquitectónica de alto valor histórico pero en permanente deterioro.
El Real de San Carlos data de 1908, cuando el inversor argentino Nicolás Mihanovich solicitó permiso para poder construir en ese terreno un complejo turístico que incluía una plaza de toros –que quedó inaugurada en 1910–, un hotel, un casino y un muelle para que los barcos pudieran atracar directamente en el complejo.
La idea de una plaza para este tipo de eventos no prosperó demasiado, ya que dos años después las corridas de toros fueron prohibidas, mientras que el casino siguió funcionando unos años más, hasta que el predio volvió a manos del estado en 1917.
De estilo mudéjar, la plaza fue construida en ocho meses, utilizándose para su construcción ladrillos y mosaicos de la zona de La Arenisca, ubicada a 8 km. de Colonia.
Actualmente, la Intendencia de Colonia está impulsando un ambicioso Proyecto de Rehabilitación y Refuncionalización de la Plaza de Toros del Real de San Carlos, que comprenderá la puesta en valor de una parte del predio (aproximadamente un tercio) con la incorporación de un centro de espectáculos culturales y deportivos con capacidad para 2.000 personas en gradas y 2.000 en campo, además de dos restaurantes, un museo y cuatro locales comerciales, entre otras amenidades.
RADISSON COLONIA, ANFITRIÓN DE LUJO
Que el mundo turístico de este lado del charco haya tomado conocimiento del proyecto de refuncionalización del Real de San Carlos fue, en gran medida, producto de la invitación efectuada por el Radisson Hotel Colonia del Sacramento. La estadía en el hotel tuvo como anfitriones de lujo a Lucía Suárez, del área de Comunicación de Sacramento Management (empresa gerenciadora del hotel), y Bruno Sena, gerente del establecimiento.
El Radisson Colonia del Sacramento es, según la perspectiva de este periodista, el hotel con la mejor ubicación del enclave.
Este coqueto establecimiento se ubica a escasos 100 m. del Barrio Histórico, declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 1995. Emplazado sobre el Río de la Plata, a 200 m. del Puerto de Yates, el Radisson Colonia del Sacramento ofrece además hermosas vistas de la bahía de Colonia y uno de los mejores atardeceres de Uruguay.
Además de su entorno de inestimable interés, la propiedad cuenta con 75 habitaciones de primer nivel internacional, divididas en categorías Standard (con vista al patio interior), Superior (con vista a la calle), De Luxe (al río) y Junior Suite (con jacuzzi, doble ventanal y vista al río). Además, cada habitación está equipada con sommier, aire acondicionado, secador de pelo, frigobar, conexión a Internet, radio-reloj, TV, cofre de seguridad y cafetera.
A todas estas alternativas debe sumarse Del Carmen Restaurante & Lounge, cálido refugio gastronómico del hotel que cuenta con una privilegiada vista a la bahía de Colonia. Con capacidad para 120 comensales, este espacio sabe combinar a la perfección los exponentes de la gastronomía local con jerarquizados toques de la cocina internacional.
Informes: www.radissoncolonia.com / www.smreservas.com
Temas relacionados