Aunque Punta Cana es considerado el destino por excelencia del país, República Dominicana esconde muchos otros rincones que merecen ser descubiertos. Si buscás unas vacaciones en el Caribe, vale la pena mirar más allá de lo conocido y dejarse sorprender por paisajes menos explorados pero igualmente paradisíacos.
Vacaciones: 5 playas de República Dominicana más allá de Punta Cana que debés conocer
Si estás planeando tus próximas vacaciones, debés saber que en República Dominicana existen playas soñadas que van mucho más allá de clásicos como Punta Cana.
Vacaciones en República Dominicana: conocé 5 playas del destino del Caribe más allá de Punta Cana.
En ocasiones, algunas de las mejores playas se encuentran lejos de los grandes resorts y ofrecen una experiencia mucho más tranquila y auténtica. Desde arenas blancas hasta aguas cristalinas, estos lugares invitan a conectar con la naturaleza y a disfrutar del ambiente caribeño en su versión más pura. Cinco playas que deberías animarte a descubrir.
1. Playa Esmeralda: el secreto mejor guardado de República Dominicana en Miches
Si buscás una playa virgen y apartada del radar turístico, Playa Esmeralda es ese rincón escondido que todavía conserva el encanto salvaje del Caribe dominicano. A solo una hora de Punta Cana, este paraíso natural se encuentra en Miches, en la provincia de El Seibo, y es perfecto para quienes quieren desconectarse en un entorno prácticamente intacto.
Playa Esmeralda deslumbra por su arena clara, sus aguas turquesa y la abundante vegetación que la rodea. Los cocotales que se alinean a lo largo de su costa le aportan un aire exótico y relajante. Además, es parte de un sistema costero que se extiende casi 10 kilómetros entre la desembocadura del río Jovero y el Caño Celedonio.
Un dato que la hace aún más especial: es uno de los sitios elegidos por las tortugas tinglar para anidar, lo que la convierte en un lugar clave para los amantes de la naturaleza. Aunque la zona está comenzando a desarrollarse turísticamente con propuestas de lujo, la esencia de Playa Esmeralda sigue siendo la de un refugio natural.
La mejor época para visitarla es entre diciembre y abril, cuando el clima seco y soleado invita a pasar horas junto al mar. Si planeás explorar por tu cuenta, lo más recomendable es alquilar un vehículo para recorrer sus alrededores a tu propio ritmo.
2. Bahía de las Águilas: una de las playas más cristalinas del mundo
Pocos lugares en el mundo pueden presumir de tener aguas tan transparentes como la Bahía de las Águilas, una joya escondida en el extremo suroeste de República Dominicana, dentro de la provincia de Pedernales.
A pesar de su asombrosa belleza, Bahía de las Águilas se mantiene alejada del turismo masivo gracias a su aislamiento. Eso significa que vas a poder disfrutar de una de las playas más espectaculares del país sin las multitudes habituales.
El acceso puede ser una pequeña aventura: la opción más recomendable es llegar en lancha desde el embarcadero de Cueva de los Pescadores, lo que además ofrece vistas inolvidables del paisaje marino.
Esta playa forma parte del Parque Nacional Jaragua, un área protegida que conserva su biodiversidad única. En sus alrededores encontrarás manglares, arrecifes de coral y una rica fauna que incluye aves y tortugas marinas que utilizan la playa para anidar. Otro detalle interesante es que el desarrollo comercial está prohibido en la zona.
3. Playa Frontón, una joya entre acantilados que tenés que conocer
En la Península de Samaná, lejos de las rutas turísticas tradicionales, se esconde Playa Frontón, un paraíso salvaje rodeado de acantilados de más de 90 metros de altura. Esta playa de arena blanca y aguas turquesa solo es accesible en barco o a través de una caminata por la selva, lo que garantiza que su belleza se conserve casi intacta.
La aventura comienza antes de llegar, ya que solo se puede acceder mediante excursiones en barco desde Las Galeras o por senderos en un trekking que atraviesa la exuberante vegetación de la zona. Al llegar, te esperan aguas cristalinas perfectas para el snorkel, con coloridos arrecifes y peces tropicales.
Playa Frontón es famosa entre los aventureros y los amantes de los destinos vírgenes. Sin bares, sin vendedores, sin infraestructuras: solo naturaleza en su máxima expresión.
Como curiosidad, ha sido escenario de la serie de televisión Survivor, lo que da una idea de su carácter remoto y salvaje. Si visitás Samaná entre enero y marzo, también podés tener la suerte de avistar ballenas jorobadas durante su temporada de apareamiento.
4. Playa Bonita, un paraíso natural con tranquilidad asegurada
El nombre lo dice todo: Playa Bonita, en Las Terrenas, Samaná, es de esos lugares que enamoran apenas llegás. No por nada fue elegida recientemente por National Geographic como una de las 40 mejores playas del mundo.
Pero más allá de los rankings, lo que hace especial a Playa Bonita es su equilibrio perfecto entre naturaleza y comodidad. Con unos 2.5 kilómetros de extensión, esta playa está protegida por un arrecife natural que calma las aguas, ideal para nadar o simplemente flotar y relajarse.
Las palmeras, la arena clara y el mar en tonos turquesa completan la postal caribeña soñada, sin rastros de aglomeraciones. Si te gusta el mar pero también buscás un poco de infraestructura, Playa Bonita tiene la dosis justa: hoteles boutique, buenos restaurantes y bares donde disfrutar de pescados frescos y cócteles al borde del mar.
Además, es perfecta para actividades como snorkel, kayak o surf en días de olas suaves. Todo, con la calidez y hospitalidad dominicana que tanto aman los argentinos.
5. Playa El Valle: otra playa con una belleza intacta
Si hay una playa que combina mar, río y montañas, esa es Playa El Valle, en el norte de Samaná. Rodeada por cerros cubiertos de vegetación tropical y con un río que desemboca justo al lado, este lugar es un verdadero oasis para pasar el día, ideal para quienes buscan tranquilidad y un entorno natural diferente.
La arena dorada invita a largas caminatas y las aguas cristalinas son perfectas para refrescarse. Si el mar está agitado, el río ofrece una alternativa segura para bañarse, especialmente si viajás en familia con chicos.
En los alrededores hay pequeños restaurantes y puestos donde probar la gastronomía típica dominicana, como mariscos y pescado fresco. Y la imagen de los barquitos de pescadores con las montañas de fondo es de esas postales que quedan grabadas para siempre.
Eso sí, prestá atención si vas con niños, ya que las corrientes en el mar pueden ser fuertes. Por lo demás, es el lugar ideal para un día de relax absoluto.
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