El canto de los pájaros, el sonido del viento entre los árboles, las olas en la playa o el relajante murmullo del agua sobre las piedras en cualquier arroyo o lago. Esos son algunos de los sonidos que muchos atesoran entre los mejores recuerdos de sus vacaciones de verano.
En la otra vereda, sombrillas con parlantes de los que sale música a todo volumen, ruido de motores o paradores con propuestas estridentes que invaden el espacio sonoro de todos los que se encuentran cerca.
Si sos del "team silencio", te contamos dónde vacacionar a gusto, tanto en el mar como en las sierras.
El mar suena más en Claromecó
Claromecó es una apacible localidad balnearia a 570 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Aunque contadas veces aparece en las noticias, en estos días lo hizo gracias a su propuesta de hacer silencio para oír el sonido del mar.
“Si estas en la playa, que el mar suene más”, resume el eslogan que se puede ver junto al puesto de Guardavidas Plumas Verdes, el más alejado del centro de la localidad.
La idea es que durante estas vacaciones de verano 2023 los viajeros puedan elegir, si así lo desean, un espacio sin música para disfrutar del sonido del mar o del silencio.
Para eso, esta temporada de verano 2023 los 300 m. de costa que se encuentran entre la escuela de surf Orilla Gurú y el balneario Posta del Faro en el partido turístico de Claromecó serán zona libre de parlantes.
Cabe aclarar que se trata de un espacio acotado donde se desalienta el uso de parlantes. La finalidad es que se convierta en un lugar tranquilo para las familias y aquellos que prefieran leer un libro en silencio o simplemente escuchar el sonido de las olas.
Por su parte, los amantes de los equipos de sonido, quienes quieren jugar al fútbol o dedicarse a actividades más "movidas", podrán hacerlo en el resto de la costa del destino, donde encontrarán balnearios con música.
La finalidad es que todos pasen las vacaciones de la mejor manera y elijan el lugar donde se sientan más cómodos.
Córdoba con el sonido de los arroyos y el canto de los pájaros
Cuesta Blanca es una localidad ubicada en el Valle de Punilla, a unos 50 km. de Córdoba Capital, a la cual se llega a través del camino de Altas Cumbres.
Ideal para descansar en contacto con la naturaleza, integra la Reserva Hídrica Provincial Los Gigantes, un lugar ecológicamente protegido donde se trabaja por la conservación de su ecosistema de bosque nativo.
Esta localidad cordobesa también se ha unido a la tendencia que propone unas vacaciones de verano 2023 sin contaminación sonora.
La comisión vecinal de Cuesta Blanca prohibió la música en volumen alto para garantizar la tranquilidad de sus habitantes y los turistas, especialmente en época de vacaciones.
La medida se aplica en las playas, pero la localidad ha ido más lejos y también incluye alojamientos, negocios y hasta casas particulares.
Los vecinos de Cuesta Blanca apoyan la medida ya que, sostienen, tanto ellos como los turistas que llegan hasta este lugar de Punilla, quieren descansar, escuchar el sonido del agua y apreciar el canto de los pájaros.
En Cuesta Blanca tampoco se permiten ruidos fuertes como bocinas o maquinarias que no sean para mantenimiento de parques o de obras públicas y privadas.
Este destino del Valle de Punilla propone disfrutar el tiempo al aire libre, caminar por senderos, pescar truchas y relajarse en sus silenciosos balnearios.
Entre los favoritos de los viajeros que buscan tranquilidad están El Diquecito, donde el río se encajona en una construcción de piedra y baja en forma de cascadas; y la Playita de Los Hippies, donde se llega en bote o a pie atravesando un cerro con hermosas panorámicas.
Los pioneros del silencio
Otras localidades de la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires también cuentan con reglamentaciones que prohíben el uso de amplificadores en las playas.
Quienes lideran la iniciativa para que "el mar suene más” aseguran que la idea nació en Santa Clara del Mar.
La propuesta fue de un bañero de la localidad quien no solamente consideraba la contaminación sonora para los turistas, sino que también veía sus tareas de rescate afectadas, ya que muchas veces la música a volumen muy alto le impedía escuchar inmediatamente un pedido de socorro.
También el Partido de la Costa cuenta con reglamentación que prohíbe bajar a las playas con parlantes. Sin embargo, es muy sencillo comprobar que la disposición raras veces se cumple.
Los vecinos, sin embargo, suelen apoyar la implementación de multas para que se respete.
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