Buenos Aires es conocida por muchas manifestaciones artísticas, culturales, gastronómicas. Además de ser la música de la Ciudad de Buenos Aires, el tango es Patrimonio de la Humanidad. Por eso, te mostramos 5 lugares de la ciudad donde podes conocer su historia, escucharlo y verlo bailar.
1.Galeria Güemes: el encuentro de Gardel, Piazzolla y la ciudad
La Galería Güemes es un pasaje de 116 m. que atravesó el S.XX en la historia de Buenos Aires. En 1915, Francisco Gianotti diseñó esta galería en Florida 165 donde vivió Antoine Saint de Exúpery en 1929. Un año antes, Julio Cortázar situó el cuento el Otro Cielo (Todos lo fuegos, el fuego, 1966).
En el subsuelo de la galería se encontraba un histórico cabaret y un Teatro "Florida" que en 1917 fue testigo de la actuación de Carlos Gardel.
El teatro atravesó remodelaciones y hoy allí se encuentra el espacio Astor Piazzolla. Un complejo que ofrece uno de los mejores tango show de la ciudad en un espacio patrimonial único.
Una clase de tango previa para quienes disfrutarán del show, así como la posibilidad de contemplar un pequeño museo con elementos que evocan la obra de los principales referentes del 2x4 hacen de Piazzolla Tango y de la Galería Güemes, uno de los recomendados para imbuirse del espíritu porteño.
2. San Telmo: Gastronomía e historia en el El Viejo Almacén
En esta esquina construida en 1760 donde funcionaba un almacén de campaña en el Virreinato del Río de la Plata, y donde nació en 1969 El Viejo Almacén, de la mano de Edmundo Rivero, hoy funciona la Tanguería.
Luego de disfrutar de una cena gourmet en los imponentes salones del restaurante, los visitantes cruzan la angosta calle Balcarce para ubicarse en este lugar histórico que se encuadra dentro de las llamadas casas coloniales.
Un espacio que mantiene el ambiente original y que encierra miles de recuerdos, anécdotas e historias de reconocidos personajes que ocuparon alguna vez una mesa.
Gracias a su privilegiada distribución de un piso principal y un primer piso que balconea el salón con sus antiguas barandas originales, la Tanguería permite disfrutar de un show místico e íntimo desde cualquiera de sus lugares.
La Tanguería está abierta los 365 días del año brindando su show todas las noches a las 22 hs.
3. Michelangelo: la vereda del tango de Buenos Aires
La historia del predio donde está Michelangelo es tan antigua como la misma ciudad que fundó juan de garay en1580. Comprendía dos lotes que terminaban en las barrancas del río de la plata. El terreno culminó en poder de los frailes dominicos alrededor de 1608. La parroquia de Santo Domingo, cuya entrada está sobre la avenida Belgrano, era parte de ese predio.
La fachada, por entonces, estaba sobre la cortada 5 de julio. Todavía se conserva el imponente portón de madera, elevado con respecto al nivel de la calle Balcarce de San Telmo. También aventura una teoría: dicen que muchos cuerpos fueron devueltos a Inglaterra, pero que algunos huesos todavía quedaron aquí.
La edificación cambió varias veces en el siglo XX, hasta que en 1967 comenzó la historia de Michelangelo como emblema de la porteñidad con su logo de los tres aros, que se mantuvo inalterable.
El show actual tiene una duración de una hora treinta y comprende 4 parejas de baile, un orquesta de 6 integrantes y un espectáculo de folclore.
El menú fue diseñado por chef internacionales y se destaca por los platos que ponderan desde carnes premium a la parrilla, pastas caseras, pescados, platos elaborados en el momento y una gran variedad de postres.
La lista de artistas nacionales e internacionales que actuaron en Michelangelo es infinita pero basta contemplar los nombres mas destacados del género para confirmar que la trayectoria de este espacio bien vale una visita.
4. Café Tortoni: el café más visitado de Argentina
El Café Tortoni abrió sus puertas en Buenos Aires en 1858 y comenzó a funcionar en la esquina noroeste de Esmeralda y Rivadavia. Conservó ese domicilio hasta mediados de la década de 1880. Su fundador, Monsieur Jean Touan, eligió el nombre en homenaje al célebre Tortoni de París.
Celestino Curutchet, yerno del fundador fue el encargado de trasladar el local a la calle Rivadavia 174/76/78, de la antigua numeración, y el 26 de octubre de 1894, unos tres meses después de que se abriera la Avenida de Mayo, inauguró en esa arteria una entrada para el Café que además, fue el primero de los locales porteños en instalar mesas y sillas en la vereda.
Personalidades de todas partes del mundo saben que tienen una cita ineludible con el Tortoni y nunca pierde la oportunidad de visitar el Café, atraídos por la historia y el prestigio de sus salones.
Hay quienes tan sólo han saboreado un café; otros, en cambio, han tomado parte en alguno de los eventos culturales como Benito Quinquela Martín, el pintor de La Boca el físico Albert Einstein, quién visitó la Argentina en 1925; Los escritores Horacio Quiroga y Arthur Miller; Susan Sarandon; Susan Sontag; Vittorio Gassman; Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou; el filósofo Hermann Keyserling.
El café Tortoni es el café de Buenos Aires en su peña, en su bodega y en sus mesas se han escrito, escuchado, bailado y compuesto tangos. Es más, el propio café tiene uno: Viejo Tortoni.
La Academia Nacional del Tango y del Lunfardo funciona en el edificio del Tortoni, si visitas la ciudad no dejes de darte una vuelta por el museo para conocer más de este sentimiento que se baila.
Las medialunas, el café, la leche merengada y buena parte de la identidad porteña conquistan día a dia a los cientos de locales y visitan que celebra la sana costumbre del café y la ciudad.
5. Buenos Aires tras las huellas de Carlos Gardel
La casa que habitó Carlos Gardel junto a su madre es hoy la sede del Museos Casa Carlos Gardel. Su misión es rescatar, preservar, investigar y difundir el patrimonio vinculado con Gardel, su época y las industrias culturales en las que participó.
El Museo Casa Carlos Gardel fue inaugurado el 4 de marzo de 2003 en la calle Jean Jaurés 735, domicilio de la casa en la que el gran artista vivió junto a su madre desde el año 1927 y hasta su despedida de la Argentina, el 7 de noviembre de 1933.
La propiedad había sido adquirida por el Zorzal Criollo a su anterior propietario, Don Ramón Gorina, el 9 de junio de 1926, cinco días antes del cumpleaños de Doña Berta Gardès.
Después del triste final de Medellín la mamá de Gardel regresó al país desde Toulouse y aguardó el fin de sus días acompañada primero por sus amigos Anaïs y Fortunato y más tarde por el matrimonio de Armando Defino y su mujer Adela Blasco, quienes la acompañaron hasta el día de su muerte, el 7 de julio de 1943.
La casa de Jean Jaurès fue el hogar de Carlos Gardel y de su madre Berta a partir del año 1927, cuando terminaron de amueblarla, de empapelarla y decorarla con las cortinas hechas a mano y otros detalles. En 1929 pasaron a vivir en la casa de la querida amiga de Berta, Anaïs Beaux y su compañero, Fortunato Muñiz. De este modo podía pasar largas temporadas en el exterior, con la tranquilidad de que su madre quedaba bien acompañada.
Para conocer a fondo la historia de la vivienda y de Carlos Gardel, podes visitar el museo .
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