Buenos Aires y su amplia oferta turística se preparan para recibir visitantes cuando se pueda volver a viajar, y estos tres pueblos, localizados a pocos kilómetros de la capital no pueden faltar en la agenda de quienes disfrutan de la tranquilidad, el aire libre y la gastronomía.
Buenos Aires y sus pueblos con encanto
CARLOS KEEN
Un pueblo de ensueño situado a 83 km de la capital argentina, que conserva las características de su fundación en 1879. Esta pequeña localidad de 560 habitantes, que creció al ritmo de la construcción del ramal ferroviario Luján-Pergamino, se destaca por su variada oferta gastronómica, que incluye exquisitos platos criollos y la elaboración de alimentos orgánicos. En el predio de la estación se encuentra el “Centro Cultural y Turístico Carlos Keen”, donde todos los años se realiza la Fiesta del Sol. Durante el evento, organizado por artesanos, se puede disfrutar de la feria regional y participar del fogón con quema de sueños y deseos al final de la tarde.
URIBELARREA.
A una hora del centro porteño, Uribelarrea pertenece al partido de Cañuelas y fue fundada en 1890 y habitada por 1282 personas. Tuvo su apogeo en la década del treinta, con el auge de la producción lechera. Las callecitas de tierra, las casonas centenarias de ladrillo y el paisaje rural han convertido a Uribelarrea en un pueblo de película, elegido en varias oportunidades como set de filmación por reconocidos directores.
El viajero que se acerque hasta allí podrá disfrutar de una exquisita variedad de productos regionales y de las mejores picadas artesanales y visitar el museo de máquinas y herramientas “Leopoldo Rizzi”, el archivo ferroviario “Ignacio Marcos”, la plaza República del Líbano, el antiguo telégrafo, el ex bar, la fonda y vivienda de la familia Broggi, entre otros atractivos. Todos los años se celebra la “Fiesta de la picada y la cerveza”.
TOMÁS JOFRÉ.
Tomás Jofré, en el partido de Mercedes, es una pequeña localidad de 200 habitantes ubicada sobre la Ruta Provincial 42, a unos 100 km de Buenos Aires. Fundada el 24 de marzo de 1911, su verdadero nombre es “Jorge Born” pero más tarde adoptó el nombre de la estación de ferrocarril.
Asados, chacinados caseros, entre los que se destaca el salame mercedino, quesos, pastas y postres típicos, son algunos de los platos que se pueden disfrutar en el lugar.
Más de cien artesanos exponen sus producciones en la plaza principal y, por la tarde, el paseo en sulky y los espectáculos de folclore son la atracción principal. Además, cada año se realiza la popular fiesta de la “Galleta de campo”.
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