¿Cuál es tu vínculo con los viajes y el turismo como experiencia de vida?
"Viajar es una parte constitutiva de mi vida"
-Vengo de una familia de viajeros empezando por mis abuelos, que solían visitar la Patagonia argentina por trabajo, así que escuché de ellos algunos grandes relatos sobre travesías en barco. Luego mi padre, y más tarde yo mismo tuvimos la posibilidad de continuar con esa costumbre de viajar por trabajo y trato de hacerlo varias veces al año.
Al momento de pensar en destinos siempre vuelvo a la Patagonia argentina y a París, que es una ciudad que adoro, a la que fui más de diez veces porque es una verdadera maravilla donde siempre encuentro algo por descubrir.
Así que viajar es una parte constitutiva de mi vida.
-¿Emprendiste algún viaje “iniciático”? ¿Cómo fue la experiencia?
-Sí, emprendí este tipo de experiencias durante la juventud, usualmente en carpa, al norte y al sur de Argentina, y si bien era otro contexto de país, recuerdo las oportunidades en que nos acercábamos a las terminales de camiones para emprender recorridos “a dedo”.
A partir de los 14 o 15 años empecé a percibir la libertad que otorga “el viaje” como experiencia de vida. En este sentido, el de egresados fue bastante particular (tuvo lugar en 1976) y en vez de ir a Bariloche, elegimos uno de los hoteles de turismo social localizado en Embalse Río Tercero, Córdoba.
Hace 40 años era muy común que las escuelas no fueran mixtas, y el hecho de que las chicas del Liceo del barrio decidieran ir al mismo complejo nos convenció de poner proa hacia Córdoba.
-¿Sentiste alguna vez, frente a un sitio histórico, a una obra de arte o a paisajes, que la realidad superaba a tu imaginario respecto de ese lugar?
Me pasa muchas veces y me encanta. Recuerdo especialmente el impacto que sentí al llegar a Machu Picchu, un sitio reconocible en libros, fotos y medios audiovisuales que, en la vida real, superó mis expectativas.
Del mismo modo me sorprendieron el David de Miguel Ángel en Florencia (Italia), y el glaciar Perito Moreno. La dimensión, el tamaño, los colores de cada uno de esos patrimonios nos muestra de manera cabal, que la realidad supera a la ficción.
-¿Qué elementos no pueden faltar en tu valija ?
En primer lugar libros. Los que llevo para leer y los que compro durante el viaje que llegan a sumar kilos y superficie en el equipaje. Respecto a la tecnología, viajo con una tablet y una notebook, por si queda alguna nota por entregar.
En referencia a la producción local, me encanta descubrir elementos regionales y dejar de lado los souvenirs fabricados para turistas.
También preveo una visita al supermercado, que resulta ideal para comprar especias y probar los sabores autóctonos.
-Durante un viaje personal, ¿te preparás de manera consciente o te dejas llevar por el pulso del lugar?
Me preparo relativamente. Me gusta saber algo de la historia del lugar, quiero tener una idea general del contexto en el que estoy o al que viajaré, pero valoro enterarme allí de algunas cuestiones que tienen que ver con el pulso diario y la personalidad del destino.
-¿Te gusta combinar vacaciones con trabajo? Si es así, ¿qué destinos te sorprendieron más y cuáles no imaginaste visitar nunca?
Cuando se da el contexto me parece buena idea combinar vacaciones con trabajo y me gusta hacerlo con mi familia y/o con mi pareja. Teniendo en cuenta que viajo mucho por cuestiones laborales aprovecho para unir ciertas pasiones como la curiosidad turística y cultural, la vida profesional y los afectos.
-En plan de vacaciones, ¿lográs desconectarte de tu vocación?
En realidad trato de habilitar el modo “atención para el disfrute”.
De esta manera elijo lugares tranquilos y reposados donde realmente uno “está y se siente de vacaciones”. No soy partidario de viajes maratónicos ni de sumarme a fatigosas travesías que proponen “conocer” 20 destinos en 20 días, ésa no es mi idea de vacaciones ni de placer.
-¿Qué ponés en valor en los destinos a visitar?
Trato de lograr un equilibrio entre los destinos que ya conozco y a los que quiero volver, pero agrego algún lugar nuevo para dejarme sorprender y salir a pasear expectante.
A tu criterio, ¿qué lugares habría que visitar alguna vez en la vida y por qué?
Sé que hay un libro que da cuenta de los mil y un lugares para visitar antes de morir pero yo creo que tenemos un país maravilloso, por eso vale la pena empezar por Argentina.
Una visita al Norte argentino para descubrir Salta, Tucumán y la Quebrada de Humahuaca; otro hacia nuestra Patagonia, que incluya el exotismo de Ushuaia; además de la imponente potencia de las Cataratas del Iguazú conforman solo una parte del enorme patrimonio natural y cultural que ostenta Argentina.
Extramuros, diría que París, Roma, Madrid y Grecia son ciudades de una belleza inmensa para quienes amamos la cultura occidental y además tienen un gran vínculo con nuestra historia.
7-¿Qué singularidades o anécdotas podés compartir con los lectores, acerca de los viajes con grandes equipos de trabajo?
Recuerdo los que hicimos junto al equipo de producción del ciclo televisivo “Algo habrán hecho por la historia argentina”, con Mario Pergolini. Durante el viaje, me ocupé de reunir al grupo y compartir los detalles históricos del capitulo que íbamos a filmar. En la jornada previa a rodar en Boulogne Sur Mer (Francia), mientras relataba cómo fueron los últimos días del general José de San Martín; uno de los camarógrafos, visiblemente emocionado nos dijo: “Quiero llamar ya por teléfono a mi papá”, y fue una de las grandes recompensas de este apasionante trabajo, que cuando es compartido, resulta conmovedor.
GRANDES VIAJEROS NACIONALES.
A lo largo de su historia, Argentina ha contado con grandes viajeros, algunos de los cuales dejaron textos que dan cuenta, a modo de crónica o de bitácora de viajes, interesantes pinceladas del mundo de los viajes en el transcurso de los siglos XVIII y XIX.
De esta manera, vale la pena revisar el legado del expresidente, periodista, educador y escritor Domingo Faustino Sarmiento, quien deja entre sus obras completas más de 500 páginas escritas de manera impecable acerca sus experiencias como viajero recorriendo Europa, África y América, publicadas por primera vez en Santiago (Chile), en 1849, y reimpresas en 1856 en Buenos Aires.
Para Juan Bautista Alberdi, el escritor y jurista que sentó las bases de la organización política argentina, los viajes han sido una verdadera pasión durante su vida, y la biblioteca virtual Miguel de Cervantes ha compilado impresiones de viajes, escritas en plena juventud y publicadas por editorial El Ateneo en 1928. Le recomendamos prestar atención a las descripciones sobre Tucumán y alrededores.
Por otra parte, en 1815 el general Manuel Belgrano viajó en misión diplomática a Londres y dejó testimonio en su diario de viajes, de la misma manera que José de San Martín dejó un registro descriptivo de las bellezas de Mendoza y el Alto Perú además de una interesante semblanza acerca de los huarpes, habitantes originarios de la región.