Si tenés ganas de hacer un parate de la rutina pero no podés viajar, no te preocupes, porque cerca de Buenos Aires hay algunos pueblos que nos regalan un planazo imperdible: las escapadas de finde para relajarse y comer sin culpa.
Escapadas: 3 pueblos cerca de Buenos Aires para comer rico y barato
Conocé 3 pueblos imperdibles cerca de Buenos Aires para hacerse unas escapadas de fin de semana a descansar y comer rico.
Para que aproveches al máximo de este plan, te recomendamos 3 pueblos cerquita de Capital donde podés comer bárbaro y sin gastar mucho.
1. Tomás Jofré: el mejor polo gastronómico de campo del país
Tomás Jofré tiene una oferta increíble; está a menos de 100 km. de la Ciudad Buenos Aires y forma parte del partido de Mercedes. En el último tiempo se ha vuelto popular por la buena oferta gastronómica que tiene ligada a la comida típica de campo y los productos regionales. Tanto así que se convirtió en el polo gastronómico de campo por excelencia.
Una curiosidad es que en realidad el pueblo se llama Jorge Born, y la antigua estación de tren se llamaba Tomás Jofré, pero con este último nombre se hizo conocido.
En los últimos años ha ido consolidando un polo gastronómico interesante con muchos restaurantes muy buenos, pero en particular te recomendamos uno: La Macanuda.
La Macanuda es un clásico restaurante de campo de tradición familiar donde vas a poder comer picadas, empanadas, ensaladas, pan casero, pastas y asado con todo tipo de cortes y achuras. Las pastas son de elaboración propia y recomendamos especialmente los canelones.
Hay un menú libre por pasos, que es la mejor opción para poder disfrutar toda la carta que ofrecen, y que concluye con postres espectaculares, como el flan casero.
Abre solo sábados y domingos, y también cuenta con menú vegetariano, vegano y sin TACC.
El menú libre tiene un costo fijo de $24.000 por persona y $22.000 en efectivo, pero podés repetir los platos las veces que quieras. En el Instagram de La Macanuda podés hacer la reserva.
Después del almuerzo es lindo pasear por la plaza del pueblo, donde los fines de semana hay ferias artesanales y stands con productos de campo. Además, alrededor de la plaza hay un montón de tiendas históricas donde podrás encontrar productos locales, como la galleta de campo y el salame quintero, ambos de muy buena calidad.
2. San Antonio de Areco, una combinación ideal entre campo y familia
San Antonio de Areco es otro pueblo genial cerquita de Buenos Aires, y donde compartir en familia es el mejor plan. A tan sólo 120 km. de la Capital encontramos una paz y tranquilidad increíble, sumados a los planes para todas las edades que hay.
El pueblo es hermoso y tanto adultos como niños se pueden divertir, ya que algunos lugares, como Paisanitos, ofrecen cabalgatas para los más chicos. Los adultos pueden visitar uno de los lugares icónicos del pueblo y la provincia de Buenos Aires: el Boliche de Bessonart, donde paraba Don Segundo Ramírez, que inspiró al personaje de Don Segundo Sombra.
Pero sin dudas la gran magia del pueblo pasa por la oferta gastronómica de campo. Es que algunas propuestas son increíbles y muy completas. Por un precio accesible podés comer un menú muy completo y riquísimo.
El gran recomendado es La Blanqueada, declarada Monumento Histórico Nacional y en cuyo interior hay una decoración gauchesca realmente única.
El lugar ofrece un menú de campo riquísimo y otros platos caseros fantásticos. A ellos lo acompañan una ambientación propia de otra época que está muy bien lograda y nos transporta a tiempos de Rosas.
Otro clásico de campo que está muy bueno es La Pulpería de Tito, cuyos embutidos son realmente imperdibles.
3. Carlos Keen, una parada obligatoria si de comer en el campo se trata
A tan sólo 88 km. de Buenos Aires se encuentra Carlos Keen, un pueblo tranquilo con hermosos paisajes y una gastronomía increíble.
Los visitantes del pueblo quedan fascinados con la arquitectura típica de campo del siglo XIX y por lo bien que se come en todos los restaurantes del pueblo. Entre las propuestas gastronómicas de Carlos Keen se encuentran:
- Experiencia Keen: un restaurante con fuerte impronta de sus amables dueños y rodeado de un entorno natural precioso. En su carta destacan la amplia variedad de vinos, las empanadas que sirven de entrada, la provoleta y las peras al borgoña.
- Los Abuelos: comer afuera, debajo de la sombra de los árboles, es todo un placer. Los embutidos y fiambres regionales que ofrecen son una bomba, y tené en mente quedarte toda la jornada, ya que a las 16 hs. empiezan a servir tortas fritas para acompañar el mate.
- El Molino: un clásico restaurante de campo que sirve parrilladas muy abundantes y pasta casera. Por la tarde animate a probar los churros, que son caseros y muy recomendados.
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