La invitación había sido tan tentadora como inquietante. Los padres de un amiguito de Manuel, mi hijo menor, se comunicaron conmigo y con mi esposa para invitarlo a Manuelito –¿mi Manuel, mi chiquitito de tan sólo ocho añitos?– al parque aéreo Euca Tigre. Imagínense: mi sangre italiana y mi tendencia a la híper sobreprotección hicieron que, por un lado, me encantara la idea, y por el otro, me llenara de una infundada preocupación, sólo sustentada en imaginarme a mi purrete colgado de arneses y trepando por todas partes. Además de eso: ¡Covid-19! ¡Pandemia! ¿Habría protocolos?
Euca Tigre: cómo hacer feliz a un niño
Allá fueron los amiguitos –Manuel y Manuel–, acompañados por el papá del otro Manu, ambos contentísimos con la idea de sentirse Tarzán o Superman por un día.
Las primeras imágenes que me llegaban vía WhatsApp acariciaron mis pocos pelos de punta, y sosegaron al máximo mis nervios: “Uso de barbijo obligatorio”, decía el primer cartel; “Así empezamos a jugar ¡y la pasamos súper bien!: nos autoequipamos (los guías supervisan); un jugador por juego / un jugador por plataforma; mantengamos la distancia y sigamos las recomendaciones”, continuaba otro letrero. Así que por el lado de los protocolos sanitarios ya nos empezábamos a quedar muy tranquilos.
Las siguientes imágenes que llegaban a mi WhatsApp eran las de dos Manuelitos súper contentos, primero autoequipándose con arneses y cascos (siempre bajo la atenta mirada de una coordinadora), y luego desplegando sus destrezas. Dos amiguitos del alma con sus respectivos barbijos, y totalmente equipados con protección de primera línea, se iban sobreponiendo a cada escollo, atravesando los niveles con una valentía digna de experimentados escaladores. Obviamente, cada cual respetando su ritmo.
Primero un larguísimo puente colgante, luego un túnel de madera, a lo que seguía una plataforma en altura que conducía a vigas por las que era necesario hacer equilibrio para llegar hasta otro túnel, pero esta vez hecho con fuertes redes. La motricidad fina de estos dos pequeños audaces se desplegaba en todo su esplendor, ya que en todo momento se utilizan pies, manos y mucha cabeza para alcanzar la siguiente posta.
Y, como frutilla del postre, bellos lanzamientos en tirolesa, que terminan de dibujar enormes risas en las caras de los pibitos. El furioso verde de la naturaleza circundante, más un increíble cielo azul, completaban la plena felicidad de estos dos grandes amigos. Un poquito de adrenalina y mucho de alegría, ¿qué más pedir para nuestros hijos? Te invito a ver el siguiente video sobre la experiencia de nuestros niños en Euca Tigre, realizado y editado por Fernando Zumalacarregui:
Sobre Euca Tigre
Este padre italiano y sobreprotector encontró aún más base de sustentación para su tranquilidad cuando se enteró, por ejemplo, de que Euca Tigre es un parque construido bajo las más estrictas normas europeas exigidas para esta actividad. Además, es el único en Argentina que cuenta con un sistema de contención denominado “línea de vida continua” SafeRoller (importada de Suiza), que reduce a cero la posibilidad de caídas, y permite disfrutar sin ningún riesgo.
Así, mediante el SafeRoller, desde el inicio del juego, y hasta volver nuevamente al suelo, no existe la posibilidad de soltarse.
Localizado a sólo 30 minutos de Buenos Aires, Euca Tigre ofrece más de 105 juegos en altura para toda la familia –obviamente, divididos por categorías según si se trata de niños o adultos–, los que incluyen tirolesas, “VertiGO (dispositivo de caída libre controlada), y el Euca Mini para los más pequeños.
Huella positiva de la empresa
Un punto para colocar en el máximo nivel de destaques es que Euca Tigre es una empresa que desde sus orígenes nació con la convicción de dejar una huella positiva, no sólo en el medio ambiente, sino en la sociedad: “Por eso nos sentimos orgullosos de decir que hemos logrado crear una empresa de triple impacto (económico, social y ambiental)”, aseguró Edith Piscitelli, responsable de Grupos y Cumpleaños de Euca Tigre, para luego agregar: “Elegimos comprometernos con la niñez y, desde nuestro lugar, apoyarlos en la inclusión. Así, los niños más vulnerables de nuestra comunidad también pueden tener acceso a divertirse en un entorno sustentable como es nuestro ecoparque. Por eso elegimos un modelo de impacto de donación, y de esa manera podemos asignar un porcentaje de nuestros ingresos a entradas gratuitas para estos niños vulnerables (cuanto más crece nuestro negocio, mayor es nuestro impacto)”.
“Y, como también estamos convencidos de que conectar con la naturaleza aporta un plus a la salud física y emocional de los niños y su familia, desde Euca Tigre trabajamos incansablemente para lograr que la experiencia vivida en nuestro parque sea placentera y aporte bienestar”, concluyó Piscitelli.
Consejos antes de ir a Euca Tigre
- Se debe ingresar al parque con zapatillas deportivas. Está prohibido el ingreso con Crocs, ojotas, botines con tapones, alpargatas o sandalias
- Está prohibido el ingreso con mascotas, hacer picnic e ingresar con alimentos (el buffet de Euca Tigre cuenta con una surtida oferta de comidas y bebidas)
- Los horarios de juego están sujetos a la capacidad operativa y de seguridad del parque, como así también a la disponibilidad de equipos, cuya cantidad es limitada.
www.eucatigre.com
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