Tango y poesía, café con medialunas, chocolate con churros y mucha bohemia se esconden en los bares, cafés y confiterías de Buenos Aires. Algunos de tradición centenaria invitan a realizar un viaje en el tiempo a principios del siglo XX.
5 confiterías emblemáticas de Buenos Aires para disfrutar este fin de semana
Las confiterías de Buenos Aires son un viaje en el tiempo. En esta nota te presentamos las 5 emblemáticas que podés visitar este fin de semana.
De hecho, existen bares en la ciudad de Buenos Aires que fueron el punto de encuentro de grandes músicos, el espacio de debate de importantes escritores o lugares de tertulia de actores y políticos. Muchos de ellos, por antigüedad, arquitectura o relevancia local, son considerados "Bares Notables" y forman parte oficial del patrimonio cultural de la ciudad.
Conocerlos y compartir la atmósfera amable de las charlas de café, disfrutando de un clásico “cortado”, es ritual obligado para los habitantes de la ciudad y una experiencia imperdible para los viajeros.
En esta nota te contamos cuáles son las 5 confiterías emblemáticas de Buenos Aires que podés visitar este fin de semana y probar desde medialunas y tostados hasta la pastelería y bombonería más refinada.
1. La Ideal, la confitería renacida de Buenos Aires
Se trata de una joya arquitectónica del siglo XX, que fue puesta en valor recientemente. El dueño original fue Manuel Rosendo Fernández, un inmigrante español que planeó cada detalle con todos los lujos de principios del siglo XX.
La Ideal fue fundada en 1912 pero cerró sus puertas en 2017. Desde entonces y hasta noviembre de 2022, los más de 2.000 m² del edificio fueron puestos en valor.
Se recuperó su patrimonio histórico, gracias a un equipo de especialistas en bronce, madera, estuco, dorado a la hoja y vitrales. Su arquitectura es todo un símbolo de la Belle Époque. Sorprende la centenaria cúpula, compuesta por 60 paneles de vitrales y una moldura elaborada con cartapesta.
Las arañas y los apliques son originales y en la restauración fueron bajadas y pulidas. También se desarmaron y renovaron los ascensores, se acondicionó la Bombonera del primer piso y los vitraux.
Todo lo que se consume o compra en La Ideal es de elaboración propia: tiene su propia panadería, cocina, pastelería y bombonería. El edificio incluso cuenta con una lavandería. Es un lugar muy especial de la Ciudad para sentarse a comer o a tomar un rico desayuno o merienda y transitar un verdadero viaje a la antigua Buenos Aires.
Dirección: Suipacha 384, Ciudad de Buenos Aires.
2. Confitería Le Caravelle
La calle Lavalle fue durante mucho tiempo la peatonal de los cines. Por eso en 1962 abrió sus puertas Le Caravelle Caffe a la italiana. Hoy el Café se mantiene como entonces. Cuatro relojes dan la hora en Buenos Aires, Roma, Madrid y Atenas.
Le Caravelle tiene dos barras, la izquierda corresponde a la venta de café en grano. La barra de la derecha corresponde a la cafetería propiamente, con su exhibidor de grasa o manteca y manzanitas. Allí se consume de pie y las tazas de café y servilletitas de papel llevan el inconfundible logo de Le Caravelle.
La magia sucede cuando un cliente pide un capucchino y el barista con maestría lo termina en la barra, dejando elevar la blanca espuma.
Por detrás de ella tres fotos iluminan el espíritu de la casa: una de Piazza Navona con la Fontana dei Fiume, otra de la Fontana di Trevi y, por último, una de la escalinata de Piazza España.
Los pintores Guido Cinti y Dante Anteo Savi, el grabador y arquitecto Alfredo Bollón, la fotógrafa Silvia Troian, el “bon vivant” Guido Gazzoli y los escritores Michele de Nichilo y Claudio Sáez pasaron por este local.
Dirección: Lavalle 726, CABA.
3. Las Violetas, las mejores meriendas de fin de semana
El Café y Confitería Notable más votado por los porteños. Las Violetas es un clásico de la Ciudad de Buenos Aires. Fue fundado en 1884 y albergó a personalidades argentinas, se caracteriza por su estilo elegante, sus vitrales franceses y sus pisos de mármol italiano.
El edificio fue declarado “Lugar histórico de la Ciudad” en 1998 por la Legislatura de Buenos Aires. En 2017 fue elegido por votación del público como el mejor café notable de Buenos Aires.
Inaugurado en 1884, fue construido sin escatimar esfuerzos ni gastos: fina boiserie, magníficos vitraux, mármoles italianos y muebles traídos de París. La poetisa argentina Alfonsina Storni fue una asidua clienta, porque además era vecina del barrio de Almagro. Sus salones también eran frecuentados por Roberto Arlt e Irineo Leguisamo, entre otras grandes figuras.
A pesar de su cierre en 1998, la Legislatura de la Ciudad lo declaró “área de protección histórica” y fue reinaugurado en 2001, conservando su encanto y elegancia. A las impecables piezas de mármol de Carrara en la barra y las mesas, se le suman las suntuosas arañas de bronce original.
Su carta es amplia, pero el sello distintivo de Las Violetas son sus abundantes y sabrosas meriendas. Tanto es así que a las tardes siempre hay una fila de personas esperando para entrar a disfrutar de ellas.
Dirección: Avenida Rivadavia 3899, Buenos Aires.
4. Los tradicionales churros de La Giralda
Esta tradicional confitería y chocolatería no ha perdido su estilo desde 1951. Ubicada en la avenida Corrientes 1453, La Giralda reabrió sus puertas en 2021 con una nueva administración. Su nombre hace referencia a la celebre torre campanario que con sus 104 metros engalana la ciudad de Sevilla.
Con una sobria fachada y una puerta de acceso de dos hojas, en su interior cuelgan imágenes de su homónima sevillana. Este tradicional café y chocolatería del Centro de la Ciudad no ha perdido nada de su estilo desde su inauguración en 1951. Continuan su mostrador de madera, que luce las clásicas campanas de vidrio para proteger los sándwiches, sus espejos tallados y los grandes estantes cubiertos de botellas de todo tipo.
A los clásicos chocolates con churros se le sumarán almuerzos y cenas. Esta es una muy buena noticia para el patrimonio cultural y gastronómico de Buenos Aires, y sobre todo, para la nueva calle Corrientes.
Dirección: Av. Corrientes 1453, CABA.
5. El Tortoni, el emblema de los Bares Notables
Confitería y bar notable ubicado en el barrio de Monserrat, es el más antiguo de la Ciudad (fue fundado en 1858).
En sus mesas de mármol y sus paredes está presente una parte importante de la historia de Buenos Aires, ya que entre sus clientes más destacados se encontraban los escritores Jorge Luis Borges, Luigi Pirandello, Federico García Lorca y Julio Cortázar, así como los músicos Arthur Rubinstein y el mítico Carlos Gardel.
Su primer propietario fue un inmigrante francés de apellido Touan, quien lo bautizó en honor a otro célebre Café Tortoni de París. La imponente fachada que da a la Avenida de Mayo fue obra del arquitecto Alejandro Christophersen, realizada en 1898.
Actualmente en el subsuelo del Tortoni se presentan espectáculos de jazz y de tango (al lado del café se encuentran la Academia Nacional del Tango y el Museo Mundial del Tango).
Dirección: Av. de Mayo 825, CABA.
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