Con más de 1.200 km. de playas, la provincia de Buenos Aires es uno de los destinos más visitados en verano. Pero además, cada localidad, tiene un perfil diferente, algunas con bastante movida y completa infraestructura para disfrutar todo el año, otras donde reina la paz.
Las playas en Buenos Aires a las que siempre queremos volver
Para pasar el verano o hacerse escapadas en el año, la Costa Atlántica reúne las más clásicas playas de Buenos Aires, que repasamos en las siguientes líneas.
Aquí un repaso para saber qué dirección tomar las próximas vacaciones o fin de semana.
San Bernardo.
Perteneciente al Partido de La Costa, donde se encuentran las playas marítimas más cercanas a la Ciudad de Buenos Aires, San Bernardo ostenta el centro urbano con mayor movimiento comercial del partido, donde los jóvenes disfrutan entre amigos. Es imposible aburrirse en esta ciudad que lo tiene todo, que se ubica a unos 320 km. del centro porteño.
Junto a San Bernardo en esa parte de la costa atlántica está Mar de Ajó, el destino más antiguo; así como otros sitios que pertenecen al Partido de La Costa: San Clemente del Tuyú, Santa Teresita, Mar del Tuyú, Las Toninas, Costa Chica, Costa del Este, Aguas Verdes, La Lucila del Mar, Costa Azul, Nueva Atlantis, Pinar del Sol y Costa Esmeralda.
Pinamar.
Con 22 km. de playas, 11 pasarelas aéreas en zona de dunas que facilitan el acceso al mar y 48 paradores ecológicos que ofrecen servicios de carpas, sombrillas y gastronomía, Pinamar es uno de los destinos más visitados, donde además se encuentran grandes bosques de pinos, eucaliptus y araucarias.
Tres campos de golf que están entre los mejores del país, un campo de polo y varios clubes de tenis se suman a las propuestas.
Las travesías 4x4 son una actividad ideal para los amantes de la adrenalina: allí se ofrecen clínicas de manejo para descubrir de manera segura la magia de las dunas. En la zona de La Frontera destaca el “médano de las nubes”, cuya cumbre puede llegar a alcanzar los 70 m. de altura, junto a otras elevaciones con amplia superficie de deslizamiento, en general recomendadas para raiders experimentados.
Ostende, Valeria del Mar y Cariló, que pertenecen al Partido de Pinamar, son localidades de perfil familiar, elegidas por quienes quieren disfrutar de la playa y la naturaleza. Ostende fue planeada por dos inmigrantes belgas en el 1900, aunque muchas de sus primeras construcciones quedaron enterradas por la arena. Allí funciona el Viejo Hotel Ostende, inaugurado en 1913, que permite rememorar el esplendor de esas épocas.
Villa Gesell.
Su excelente infraestructura se asienta sobre una obra épica de forestación llevada a cabo por el pionero Carlos Gesell. El surgimiento de la villa se puede conocer por su chalet, donde hoy funciona un centro cultural rodeado de un gran parque y el Vivero Municipal. Gesell fue uno de los centros de la movida hippie en los años 60. Además de sus playas con suave declive, destacan su muelle, paseo de artesanos, casas de té, pubs y discos, que integran una completa oferta para todas las edades.
A sólo 10 km. de Villa Gesell, Mar de las Pampas se caracteriza por sus playas naturales y sus frondosos bosques de pinos, eucaliptos, acacias y cipreses plantados hace más de 40 años. Sus médanos, de diferentes alturas y pendientes, son adecuados para quienes se inician en el sandboard. El centro es un buen paseo con galerías de diferentes estilos donde hay negocios de diseño, variada gastronomía y anfiteatros al aire libre.
Hacia el sur siguen los balnearios de Las Gaviotas y Mar Azul, de entorno familiar, con playas amplias y tranquilas. A 30 km. del centro de Gesell y a 400 m. del mar, el faro Querandí está rodeado de médanos, dunas, pinos y acacias protegidos por la Reserva Natural Municipal Faro Querandí. Tiene una estrecha escalera caracol de 276 peldaños que llevan hasta la cima (65 m.).
Mar del Plata.
Se trata de la segunda ciudad turística a nivel nacional, con gran oferta de infraestructura y servicios, e ideal para disfrutar todo el año. Porque más allá de las playas -su costa se extiende por más de 28 km.- Mar del Plata, el principal destino de la Provincia de Buenos Aires, ofrece infinidad de paseos para hacer.
Algunas de las postales imperdibles de Mar del Plata son el Hotel Provincial y el Casino Central, símbolo de la ciudad diseñado por el arquitecto Alejandro Bustillo en la década de 1930. La Rambla, los lobos de mar, Las Recovas, la Plaza Seca y la Plaza Colón forman parte del Patrimonio Histórico Nacional; mientras que el Monumento al Lobo Marino es una de las esculturas más tradicionales de este balneario de la Provincia de Buenos Aires.
El Torreón del Monje (1904), ubicado sobre la barranca de Punta Piedras, es uno de los referentes de la costa marplatense. Allí funcionan un restaurante y una confitería, instalaciones del balneario, sala de exposiciones y un mirador.
La ciudad cuenta con varios museos, entre los que destaca el MAR Museo de Arte Contemporáneo: además de sus colecciones destacan su construcción y el Lobo Marino de Alfajores de Marta Minujín que preside su entrada.
El famoso puerto de Mar del Plata, con su postal de barcos pesqueros amarillos y la reserva de lobos marinos, comprende también un paseo perfecto para degustar pescados y mariscos frescos.
Durante la temporada de verano Mar del Plata destaca por la oferta de espectáculos para todos los gustos y edades. Todo el año la ciudad es sede de importantes eventos y reuniones.
Miramar.
Perfecta para vacacionar en familia, Miramar permite disfrutar de extensas playas, naturaleza e historia. Hay excelentes zonas tanto para el surf como para el bodyboard.
Las playas del Centro son las más concurridas, mientras que las del Norte –cruzando el arroyo El Durazno– son más tranquilas y rústicas.
En el vivero dunícola Florentino Ameghino –reserva forestal de más de 500 ha.– se encuentra el Bosque Energético, con un particular magnetismo sobre el que se escuchan diversas hipótesis.
Otra interesante visita es al Museo de Ciencias Naturales, que expone esqueletos de gliptodontes, perezosos gigantes, tigres diente de sable y otras especies que habitaron la zona hace más de 10 mil años.
El Muelle de los Pescadores es un buen punto fotográfico, al igual que los diversos monumentos que adornan la ciudad.
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