Las escapadas de fin de semana, también son tendencia en España. Descubrimos tres pueblitos encantadores ¡y secretos! en la Costa Brava, a una hora y media de Barcelona.
La zona de Cataluña que va desde Blanes hasta Portbou se denomina Costa Brava y allí con ciudades como Girona o con antiguos pueblos de pescadores de casitas blancas como Cadaqués.
Recorremos:
- Las magnificas vistas de Palafrugell
- El sitio de memoria de Portbou
- El pueblo medieval de Pals
A la Costa Brava desde Barcelona
En los más de 200 kilómetros de costa vas a encontrar playas reconocidas con Bandera Azul, localidades turísticas como Lloret de Mar, la bahía de Roses (una de las más bellas del mundo) o calas entre acantilados con muchísimo encanto como las de Tossa de Mar, Torroella de Montgrí, Begur o Calella de Palafrugell.
1-Cómo es Calella de Palafrugell, un rincón alejado del turismo
Es un antiguo pueblo de pescadores, formado por varias calas, que todavía conserva su encanto como un enclave alejado al turismo
Calella de Palafrugell es uno de los pocos núcleos de la Costa Brava donde aún se mantiene el ambiente que se respiraba en los pueblos de la zona, antes de que llegara el turismo de masas, con calles estrechas, casas con cubierta inclinada de teja y algunas viviendas tradicionales de pescadores de dos plantas.
Este pueblito pesquero está situado en una costa rocosa, formada por pequeñas calas, al norte del paraje natural de Castell – Cap Roig, ideal para paseos o excursiones en bicicleta, y al sur del también núcleo costero y turístico de Llafranc.
En verano, en el Jardín Botánico de Cap Roig se celebra el festival musical Festival de Cap Roig y también el Ciclo de Conciertos de Verano en la iglesia de Sant Pere, que organiza Juventudes Musicales de Palafrugell.
2-Portbou, ineludible sitio de memoria
Portbou se sitúa al nordeste de la comarca gerundense del Alt Empordà, en el límite fronterizo con Francia.
Esta singular ubicación convirtió a esta localidad, a partir de finales del siglo XIX, en uno de los principales accesos a España y en un importante nudo de comunicaciones. Precisamente, su estación de tren, construida en 1929, es una de las construcciones más importantes de la villa es el inicio de la ruta urbana en homenaje al filósofo y ensayista alemán Walter Benjamín.
Benjamín vivía en París desde hacía unos años. En junio de 1940, con la invasión alemana a la capital francesa, se trasladó a Portbou para refugiarse y aguardar la inminente apertura de la frontera hacia España.
Se alojó en el hotel fonda Francia en este pueblo de la Costa Brava. Ante la negativa de los gendarmes franquistas de abrir la frontera, Benjamín enfermo y enemistado con el stalinismo, se quitó la vida.
Un día después, el 27 de septiembre de 1940 se abrió la frontera.
Portbou es entonces parte de la historia y de la cultura en el relato de la primera mitad del S.XX que se mantiene hasta nuestros días. En el maletín de Benjamin se encontraron los originales del maravilloso Libro de los Pasajes.
Vale resaltar que este recorrido històrico cultural se puede combinar con una caminata por el casco histórico, en torno a la iglesia neogótica de Santa María, se encuentra rodeado por un litoral de acantilados y abruptas laderas cubiertas de vegetación en el que se suceden tranquilas playas y calas como las de les Rates, Cala del Pi, Les Fresses, Playa de Claper o Playa Gran, una de las principales de la localidad.
Una costa de aguas transparentes y fondos rocosos que permiten la práctica del buceo o la natación. Por su parte, el puerto cuenta con excelentes instalaciones orientadas a una amplia gama de deportes náuticos, como la navegación a vela o las canoas.
3-Pals, un magnífico pueblo medieval de playa y montañas
Su núcleo urbano destaca por el magnífico estado de conservación de la villa medieval, con las calles empedradas, las tumbas visigóticas, la Torre de les Hores, la muralla y un montón de rincones sorprendentes por descubrir.
Otro de los paisajes que nos proporciona Pals son los humedales y sus famosos arrozales, de donde se obtiene el famoso y apreciado Arroz de Pals. Un entorno muy recomendable para los amantes de la fotografía y el senderismo.
La playa Gran de Pals también es otro lugar de enorme interés natural y paisajístico. Un espacio para disfrutar de una jornada de relajación o de deporte, con la práctica de windsurf, kitesurf, kayak o snorkel.
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