Existen muchos mitos y creencias entorno a las tripulaciones de vuelos. ¿Pero qué es real y qué no? Vamos a desentrañarlo.
Toda la tripulación de vuelos de un avión: pilotos y tripulantes de cabina, en este caso de la compañía alemana Lufthansa.
Vuelos: ¿Quiénes integran la tripulación de un avión?
Hablamos de un comandante que ejerce el rol de piloto, un copiloto y varios TCP (Tripulantes de Cabina de Pasajeros). La cantidad de éstos últimos depende del tamaño mismo del avión: cuánto más grande es, más lleva, cuanto más pequeño, menos. En realidad, esto no queda librado a la voluntad de cada aerolínea: está regulado que cada 50 pasajeros debe haber un TCP. Por debajo de los 19 no es obligatorio llevar un TCP, a partir de los 50, corresponden dos y por cada bloque de 50 se adiciona uno más.
Esto determina, entonces, que un gigante como los Airbus A380, demande una tripulación de 18 TCP como mínimo. En un avión de 180 pasajeros, los Boeing B-737, por ejemplo, es preciso llevar 4 tripulantes.
En la cabina de pilotaje es más sencillo, hay espacio para dos: piloto y copiloto. Hace tiempo atrás, los aviones más grandes llevaban además un ingeniero de vuelo, responsable de velar por el desempeño técnico del avión mismo.
¿Cuáles son sus responsabilidades?
El Comandante o Capitán es el piloto del avión. En el vuelo es el responsable máximo y la máxima autoridad. En la cabina, toma asiento del lado izquierdo. Dentro del avión se “hace” lo que ordena el capitán. Él es el máximo responsable por la vida y la seguridad de todos a bordo: tanto los pasajeros como su tripulación. Es el único que tiene la potestad de “suspender” el vuelo y regresar al aeropuerto de origen o tomar tierra en un aeropuerto alternativo ante cualquier circunstancia: desde problemas técnicos que pueda presentar el avión en sí, hasta una emergencia sanitaria que pueda afectar a un pasajero.
El Copiloto colabora con la misión de pilotear y es el segundo al mando. Debe asumir el rol de máximo responsable en caso de indisposición del Comandante.
Los TCP, conocidos también vulgarmente como azafatas/os, o auxiliares de vuelo, deben velar por los pasajeros. Deben cuidarlos, agasajarlos y asistirlos durante el vuelo. Ese equipo singular está liderado por una Jefa de Cabina o Sobrecargo. En caso de una emergencia, los TCP deben dirigir a los pasajeros hasta ponerlos a salvo.
Como explicamos antes, hace años existía también la figura de un Ingeniero de Vuelo, que también viaja en la cabina de pilotaje y es responsable de la operación de los motores y otros cálculos y controles técnicos referentes al mantenimiento del avión. Sin embargo, esta figura ha caído en desuso ante el avance de la tecnología.
¿Cómo es el código de uniformes y barras?
Más allá de la posición que ocupen dentro del avión, por ejemplo, piloto y copiloto (ambos en la cabina de pilotaje: comandante a la izquierda, copiloto a la derecha), también es posible identificarlos por sus uniformes.
Los responsables de volar utilizan galones en sus hombreras y barras laterales en sus mangas, en ambos casos, doradas.
Como los primeros pilotos tenían origen militar (la utilización de los aviones se extendió y difundió a partir de la Primera Guerra Mundial 1914/1918), utilizaban sus uniformes al volar. Pan Am fue la primera compañía aérea en diseñar un uniforme específico para sus pilotos y copilotos, decisión que fue imitada luego por todo el mercado. Esencialmente, desde entonces, los uniformes no han cambiado: saco de corte militar, galones y barras, y gorra con visera. Así, tres galones o barras indican que estamos ante un copiloto, cuatro, ante un capitán o comandante, y cuatro más una estrella: ante un comandante-instructor.
Vale decir que no existe una legislación al respecto, de modo que cada aerolínea dota a sus pilotos y comandantes de uniformes propios, diseñados específicamente.
Por último, cabe remarcar que además de galones en los hombros y barras en las mangas, tanto en el pecho como en la gorra, están “las alas”: un pin alado, junto al logo de la compañía. Estos pins también podemos verlos entre los TCP. En este caso no hay aspectos específicos como sí los hay entre pilotos y comandantes. Desde hace décadas, muchos de los uniformes de TCP son diseñados por grandes modistos y han ido cambiando y siguiendo las pautas de la moda. Desde los 60, algunas aerolíneas llegaron a incorporar minifaldas y shorts. Algunas aerolíneas siguen incluyendo gorros para sus TCP. La tendencia más dominante es que se piensa los uniformes desde la practicidad, de modo que se han vuelto más informales llegando incluso a incluir zapatillas o, de modo mucho más moderno, avanzar hacia una propuesta de uniforme unisex.
¿Es sencillo ser un TCP?
No falta quienes creen que ser un TCP es ser algo así como un mozo de restaurante, en las alturas. La realidad, es que detrás de la amabilidad y vocación que desarrollan los TCP para atender a los pasajeros, su preparación incluye procedimientos en caso de emergencia: es decir cómo se deben comportar los pasajeros ante una situación extrema. De hecho, los TCP deben aprender RCP.
Sin duda alguna, todos recordamos los episodios relacionados con el vuelo de US Airways número 1549, que terminó acuatizando en el río Hudson, en Nueva York, en 2009. Tras chocar contra una bandada de pájaros, el Airbus A320 sufrió daños graves en ambos motores. Imposibilitado de seguir volando, el Comandante Charles “Sully” Sullenberg, decidió que acuatizaría en el río. La evacuación posterior, a contrarreloj, desde un avión que flotaba pero se hundía lentamente, con los pasajeros que por un lado saltaban sobre los trampolines inflables convertidos en balsas (están pensados para tal fin) y otros de pie sobre las alas, es un ejemplo contundente del orden y el trabajo de los TCP. Ellos lograron que los 150 pasajeros sobrevivieran y apenas una parte de ellos, sufriera heridas leves.
¿Es sencillo ser piloto?
Sin duda alguna lo más relevante es lo costoso. Y es que, si bien le brindan entrenamiento, las compañías aéreas no forman a sus pilotos desde cero, en general: los incorpora cuando ellos ya tienen un “título intermedio” de Piloto Comercial de Primera. Y cuando llegan a ese “nivel” es porque han evolucionado en la carrera y acumulado horas de vuelo.
El primer paso, en las academias de vuelo, combina horas de vuelos teóricas y prácticas, unas 70 en total. También se debe pasar por un examen médico. A continuación, se alcanza el título de Piloto Privado. El nivel siguiente es la licencia de Piloto Comercial, pero que incluye haber aprendido vuelo por instrumento y vuelo nocturno, se demandan unas 650 horas de vuelo. El último escalafón y el más alto es el de piloto de línea aérea, donde se acumulan 1.500 horas de vuelo. En todos los casos, las licencias las otorga el Estado y se validan a partir de la documentación presentada desde centros de formación auditados por la autoridad aeronáutica. Ya como empleados de una aerolínea, deben pasar anualmente por un período de “refresh”, donde deben pasar exámenes psicofísicos y horas de vuelo con resolución de situaciones críticas.
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