Buenos Aires tiene algunos de los bares y cafés más lindos de América. Porteños y turistas valoran la belleza arquitectónica, la historia y lo sabores de algunos reductos emblemáticos y otros, no tanto.
Buenos Aires: 3 bares para viajar en el tiempo este fin de semana
Te mostramos tres bares y confiterías de Buenos Aires para conocer este fin de semana
- El mágico salón de la Confitería Ideal
- La historia y sabores de La Puerto Rico
- música e historia en el Café de los Angelitos
1- La confitería Ideal tiene una nueva historia
Luego de un trabajo de restauración y puesta en valor, en noviembre del 2022, reabrió sus puertas la Confitería La Ideal, una de las naves insignia de la gastronomía porteña, ubicada en Suipacha 384 y Corrientes.
La confitería Ideal -declarada café notable- sufrió un larguísimo proceso de decadencia luego de ser convertirse en los años 2000 en un espacio de concierto y salón bailable para bandas de indie rock, todos los fines de semana en el el salón del primer piso.
Más tarde el lugar buscó reconvertirse como tanguería hasta su cierre en 2016.
Luego de un trabajo de restauración y puesta en valor, en noviembre del 2022, reabrió sus puertas la Confitería La Ideal, una de las naves insignia de la gastronomía porteña, ubicada en Suipacha y Corrientes.
El salón es un verdadero viaje en el tiempo. El terciopelo de los cortinados, la boisserie y las exhibidoras de cristal asi como la impactante lámpara y los vitrales del techo nos permiten imaginar el glamour de las noches del centro porteño en los años 30 y 40.
Sus habitúes eran políticos, figuras de la alta sociedad y del espectáculo. Allí cantó Gardel y Madonna filmó escenas de su película sobre Eva Perón.
El primer propietario de la confitería, Manuel Fernández era un inmigrante español que fundó la confitería en 1912 y eligió como logo la flor de Lis que transmite el valor de la luz, la perfección y la vida.
Así se percibe el ambiente entre sillones y arañas europeas, patisserie francesa, las presentaciones de una violinista y un pianista por la tarde, y el inconfundible sabor del café porteño.
2- La Puerto Rico, un clásico del casco histórico
La confitería "La Puerto Rico" abrió sus puertas en 1887, primero estuvo sobre la calle Perú, entre Alsina y Moreno, en 1925 se mudó a Alsina 416. El 31 de diciembre del 2020 bajó la persiana, pero hace varios meses comenzó a planear su reapertura.
El nombre es un homenaje a la isla caribeña donde Don Gumersindo Cabero, su creador, había pasado su juventud. Hacia 1925 el emprendimiento se mudó a su local definitivo en Alsina al 400, pero cambió de dueños hasta quedar en manos de Manuel Vázquez y su esposa Esther, quienes lo atendieron con esmero durante las últimas tres décadas.
Sin embargo, una serie de contratiempos -sobre todo la pandemia- apuraron el cierre de este notable que cada mañana impregnaba la vereda con su aroma a café recién molido.
En diciembre de 2022 finalmente levantaron la cortina y una resurrección mejorada lo devolvió al circuito de bares históricos de Buenos Aires.
Por sus mesas pasaron poetas, músicos, escritores y profesores y alumnos del Nacional Buenos Aires que se encuentra muy cerca de La Puerto Rico.
El poeta Enrique Cadícamo era un infaltable, hasta supo tener una estatua de cera con su imagen. Jorge Luis Borges iba siempre y pasaba tardes enteras. Niní Marshall vivía a pocos metros y no se perdía detalle. José Ingenieros, Paul Groussac, Arturo Capdevilla y Rafael Obligado eran algunos de sus habitués.
En La Puerto Rico se filmaron varias escenas de la película Las Cosas del Querer 2 y la confitería hasta tiene un tango.
Con la remodelación, puesta en valor y reapertura se buscó mantener su aspecto original: las mesas de granito, motivos tropicales, columnas estucadas y darle una vuelta al menú para aggionarlo a preparaciones que funcionen como almuerzo.
Sin embargo, el clásico sándwich de matambre es el verdadero imperdible en el menú de la confitería.
3- Café de los Angelitos, el bar donde cantaba Gardel
El Café de los Angelitos es testigo de más de 100 años de historia porteña fundado por 1890 con el nombre de Bar Rivadavia por un italiano llamado Batista Fazio fue reducto de malandras y mal vivientes: “Verdaderos angelitos”, según la socarrona afirmación del comisario de Balvanera quien, sin saberlo, le estaba dando bautismo a uno de los más populares cafés de Buenos Aires.
A José Ingenieros, Juan B. Justo y Alfredo Palacios se los veía seguido por Los Angelitos,
Una noche de 1917, en este café, el dúo criollo Gardel-Razzano fue contratado para actuar y años después, Gardel celebró algunos de sus triunfos, convidando a sus amigos con unos pucheros que finalizaban con las primeras luces del día.
Actualmente el de Los Angelitos es un reconocido show de tango y en su salón de café uno se puede pasar la tarde degustando una riquísima porción de torta, saboreando café o admirando una serie de 350 fotografías especialmente seleccionadas que cuelgan de sus paredes.
En los balcones en ciertos momentos del día, puede sonar un gran bandoneón en vivo, y una decoración moderada y elegante, recreará la atmósfera y el ambiente de los inicios del siglo XX.
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