El 25 de mayo de 1945 es una fecha histórica para los argentinos y año histórico para el mundo. 78 años atrás finalizaba la Segunda Guerra Mundial y el día que los argentinos celebramos el Día de la Patria, en ese año tan especial, un tren a vapor comenzaba a hacer historia en Esquel y la Patagonia.
En el marco del aniversario de La Trochita, la ciudad se prepara para disfrutar de una propuesta innovadora que conjuga arte, turismo e historia.
El Viejo Expreso Patagónico será el escenario donde se interpretará un asalto perpetrado por Jack Bradford y sus pistoleros.
Bandoleros asaltarán La Trochita
El sábado 27 de mayo en la salida que conecta a la estación Esquel con la comunidad de Nahuelpan habrá sorpresas.
Bandoleros, bandidos y el sheriff serán los protagonistas en la recreación del famoso asalto a La Trochita comandado por Jack Bradford que este año vuelve de la mano de una propuesta innovadora que conjuga el arte, la historia y el turismo.
La presentación de la nueva imagen del tren también formará parte de los atractivos y los espectáculos previstos para celebrar el 78 aniversario.
Los pasajes para el 27 a las 14 horas ya están disponibles en la plataforma online.
Cómo se viaja hoy en La Trochita
El tren, que debe su denominación a la particularidad de tener una trocha muy angosta, de solo 75 cm. de ancho, no es solo un monumento histórico nacional sino que es uno de los atractivos más elegidos por los turistas que visitan la ciudad patagónica.
Con una capacidad de 186 pasajeros la locomotora traslada, en temporada de verano, a más de 15000 turistas de todo el país en recorridos que van desde la ciudad y se adentran en plena estepa patagónica.
Hoy, el tren realiza tres clases de recorridos turísticos. Con salidas desde Esquel a Nahuel Pan, de 18 km. (ida y vuelta), desde El Maitén hasta km.228 (límite provincial); otro similar entre El Maitén a Ñorquinco.
La historia del tren a vapor en Patagonia
Aquel viernes 25 de mayo de 1945 no fue un día más para uno de los lugares más atractivos del sur argentino. Los vagones de un tren a vapor llegaban, por primera vez, a Esquel cargados de alimentos, materia prima para la producción y el comienzo de una historia sobre rieles que conmueve a los habitantes y turistas y que significó un paso clave en el desarrollo económico de la región.
Sin la comunicación física que habilitó el tren a vapor, es difícil imaginar cómo se hubiesen mantenido cohesionados los territorios y de qué manera hubiese crecido la zona.
Cinco años más tarde, en 1950, los vagones ya eran testigo de las historias y las anécdotas de estudiantes, familiares y turistas que encontraron en el Viejo Expreso Patagónico un medio de transporte que hoy es un ícono del lugar.
Cuenta la historia que el tren llegó a Ingeniero Jacobacci, un pequeño pueblo ubicado en la zona de la meseta central del sur de Río Negro, en 1917 y cuatro años más tarde se decidió conectar este pueblo con Esquel. Para tal fin, en 1922 se encargan las locomotoras (50 Henschel y luego 25 Baldwin) y los vagones y desde allí nace el trazado que llega hasta Esquel a través de 402 kilómetros y más de 600 curvas.
Este tendido se realizó a lo largo de casi tres décadas sin maquinaria, a fuerza de trabajo humano con pico, pala y explosivos en un ambiente de inviernos impiadosos y veranos secos. En 1941 el tendido había avanzado hasta El Maitén y en 1945 hasta Esquel.
Viajar a vapor: subir al pasado
La aparición de las locomotoras diésel-eléctricas en la primera parte del siglo XX aceleró el final de las locomotoras de vapor, es por ello que inmortalizar paisajes desde las ventanas de un tren de estas características es una vivencia en vías de extinción que ha convertido a La Trochita en uno de los mayores atractivos de Patagonia.
Entre tradición y progreso, la única locomotora con sus características que continúa rodando permite adentrarse sobre rieles en el corazón patagónico y obtener una postal única capaz de resumir 100 años de historia.
En la década del 90 los ferrocarriles se privatizaron y en 1993 el Estado Nacional asigna en concesión al gobierno de la provincia de Chubut la administración del tren para brindar servicio turístico.
Todo el entramado del tren se convierte en un espacio cultural recreativo dando lugar a lo que hoy se conoce como La Trochita, ese paseo que todos los turistas quieren realizar cuando llegan a la ciudad de Esquel.
Carlos, un hombre amante de los ferrocarriles que creó una Escuela
Carlos Aguero lleva 40 años en el ferrocarril. Nativo de Tres Algarrobos (provincia de Buenos Aires), con 20 años hizo la carrera de conducción y, desde entonces, nunca se alejó de las vías.
Por aquellos años el Viejo Expreso Patagónico era un medio de transporte público tanto de pasajeros como de carga. “Algunos eran mixtos y otros de carga, se transportaba desde harina hasta ropa, desde animales hasta autos e incluso lo usábamos para hacer mudanzas”, declaró Agüero.
Radicado en Esquel desde 1985, creó en 2019 su propia escuela de oficio. “Siempre pensamos en cómo dejar un legado y en 2019 instalamos esta escuela donde enseñamos nuestra pasión”, indicó, para puntualizar: "Hoy ya tenemos tres nuevos conductores y ayudantes”.
Asimismo, resaltó que la vieja estación no se desmanteló, y continúa con sus chapas e historia como parte del Museo del Tren. “Se conserva casi todo: la locomotora, los rieles, los durmientes, las casas donde vivía el personal".
Cabe destacar que de la locomotora lo único que cambió fue el combustible: antes fuel oil y hoy gasoil.
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