El norte es dueño de algunos de los más impactantes paisajes naturales en Argentina. Varios de estos lugares pueden ser hallados en la provincia de Jujuy, con Purmamarca, Tilcara y Humahuaca como algunos de sus principales protagonistas. Sin embargo, en esta región también hay otros interesantes destinos que muchos desconocen, y son igual de maravillosos.
A continuación, te contaremos sobre 3 mágicos pueblitos de Jujuy que no todo el mundo conoce y son ideales para las vacaciones de invierno 2024.
Vacaciones de invierno en Caspalá, un paraíso en la provincia de Jujuy
En la provincia de Jujuy se encuentra Caspalá, un mágico pueblito que enamora a los viajeros con su cultura y sus fascinantes paisajes de altura.
Este pueblo se encuentra a 245 km. de San Salvador de Jujuy, ubicado a aproximadamente 3.000 m. de altura, donde reside una notable comunidad de tan solo 350 habitantes.
Escondido entre montañas, las casas fabricadas a base de piedra y la gastronomía basada en alimentos cultivados con técnicas milenarias, producen en el turista la sensación de vivir una experiencia única.
Además, este pueblo se encuentra próximo a senderos que llevan a increíbles miradores y atractivos naturales espectaculares.
La Paleta del Pintor en Maimará
La pequeña localidad de Maimará pertenece al departamento de Tilcara. Ubicada en el centro de la Quebrada de Humahuaca, se encuentra de espaldas a los cerros multicolores que conforman la pintoresca Paleta del Pintor, llamada así porque aquí los cerros adquieren tonalidades especialmente atractivas.
Maimará quiere decir "El otro año" (Aymara) aunque turísticamente los guías dicen que Maimará significa "Estrella que Cae". Entre las atracciones más destacadas está el cementerio en altura con sus curiosas bóvedas decoradas con coloridas flores de papel. Se trata del típico cementerio en un cerro, a un costado de la ruta que nos remite a la particular relación de los lugareños con el más allá.
Casira, un pueblo alfarero
Casira se encuentra ubicado en el departamento de Santa Calina en Jujuy, a menos de 50 km. al oeste de La Quiaca, muy cerca de la frontera con Bolivia. Este pueblito es famoso por sus artesanos, que utilizan técnicas ancestrales para crear auténticas obras de arte. La esencia del lugar, el único pueblo alfarero del país, se percibe entre jarrones y vasijas que lo adornan todo gracias a la actividad alfarera que ha dejado una herencia imborrable.
De hecho, la presencia de la alfarería se hace notar en todo el pueblo, ya que es la principal actividad laboral existente. Los habitantes aprendieron a utilizar el barro a su favor, utilizándolo como materia prima para moldearlo con sus propias manos y perfeccionando su técnica con el paso del tiempo. Uno de los elementos más destacados es la arcilla rojiza con manchas negruzcas, producto de la cocción que se realiza en un hoyo excavado en la tierra.
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