El Valle de Uco es quizás una de las regiones de la provincia de Mendoza que ostenta los más coloridos paisajes, y también uno de los mejores climas del país. Localizado al sudoeste de Mendoza Capital, este bello enclave turístico despliega múltiples alternativas para disfrutar junto a los más pequeños.
Engalanado por el volcán Tupungato al Norte, y el río Tunuyán uniendo los pueblos desde el Oeste, el Valle de Uco cuenta con parajes de montañas sin fin y esbeltos álamos, mientras los viñedos aportan pinceladas de verdes y violetas.
En esta nota te proponemos visitar tres lugares para que puedas disfrutar junto a los más pequeños de la familia.
1. Tunuyán en verano
Tunuyán es uno de los destinos del Valle de Uco que no te podés perder si viajás con niños.
Sinónimo de valles y quebradas, sorprendentes formas y colores de un paisaje tallado por la erosión del tiempo, esta localidad se encuentra surcada por el río Tunuyán, y los arroyos Grande y Guiñazú.
Localizada a 80 km. al sur de la capital de Mendoza, Tunuyán es un escenario perfecto para unas vacaciones en familia gracias a sus coloridos paisajes y lugares para visitar durante todo el año.
Un imperdible en Tunuyán es la Reserva Provincial del Manzano Histórico, localizada a 40 km. de la ciudad y con unas 1.000 ha. de superficie, donde se pueden realizar actividades como parapente, cabalgatas, pesca, trekking y escaladas.
El Parque de La Lombardía en Tunuyán es otro encantador lugar para disfrutar de la naturaleza y relajarse con los más pequeños. Posee senderos rodeados de árboles y flores, que permiten realizar paseos en bicicleta a la vera del río Tunuyán.
El predio cuenta además con áreas de picnic y asadores, así como juegos para niños, ideales para pasar un día al aire libre.
Su cuidado y organización, junto con las vistas a la cordillera, hacen de La Lombardía un lugar imperdible para pasar un tiempo de calidad junto a toda la familia.
2. Tupungato
Tupungato se caracteriza por ostentar temperaturas templadas, con primaveras agradables, y veranos cálidos de día y frescos durante la noche, lo que lo transforma en un destino ideal para pasar unos días en familia.
Enclavado al pie del cerro Tupungato –uno de los más altos del continente, con 6.830 msnm.– y a unos 70 km. de Mendoza, esta localidad dispone de un abanico de propuestas que desde el primer momento captarán la atención de los niños y niñas de la familia.
Una de ellas consiste en buscar alojamiento en una bodega que cuente con hotel, de modo que grandes y chicos puedan disfrutar de la tranquilidad que proporciona el paisaje circundante y, al mismo tiempo, combatir el aburrimiento de los niños.
El establecimiento que reúne estas condiciones es el Gaia Lodge, que se encuentra en las inmediaciones de la bodega Domaine Bousquet, y cuenta con habitaciones con vista a la montaña o a los viñedos del valle.
El edificio presenta un diseño arquitectónico en el que predominan las líneas rectas, y está conformado por tres plantas: la recepción y dos departamentos ideales para familias en la planta baja; los espacios donde se realizan las actividades sociales -como el restaurante, livings y zona de lectura- en el primer piso; y, por último, cinco suites en el segundo piso.
Además de disfrutar del hotel y visitar la bodega cercana, otra alternativa es utilizar las bicicletas que proporciona Gaia Lodge para trasladarse por los alrededores y visitar bodegas vecinas en una salida familiar.
Asimismo, el lugar ofrece una visita guiada en el marco de una imponente vista al lago y la montaña. Complementariamente, por las noches su restaurante cuenta con opciones de menú con degustación, y también un menú infantil para los más chicos.
3. Desierto de las Huayquerías
El departamento de San Carlos atesora uno de los enclaves mendocinos que más despertará la capacidad de asombro no sólo en niños y niñas, sino también en sus padres y madres: se trata de una travesía por el Desierto de las Huayquerías y su emblemático cañadón de la Salada.
Huayquerías -cuya denominación proviene del vocablo “Huayco”, que significa “cauce o arroyo seco”- es uno de los paisajes más enigmáticos y desconocidos del Valle de Uco, constituido por escalonados paredones de tierras arcillosas que van formando una suerte de laberinto.
Se accede a él por un cordón de médanos de 19 km. de largo por 1,5 km. de ancho, denominado "Cordón de las Casas Viejas", formaciones que se constituyeron como producto del depósito de sedimentos de origen cordillerano aportado por ríos y vientos.
Luego de este recorrido, entonces sí, se nos presenta el Desierto de las Huayquerías, que ostenta más de 100 cañadones en el que se enhebran, casi de manera imperceptible, bellísimos ojos de agua.
A medida que se avanza, el desierto se va tiñendo de naranjas y morados intensos, mientras un telón de un azul profundo -el cielo- se va colando por detrás del paisaje.
Este impresionante escenario no se constituyó de un día para el otro: fueron el paso del tiempo, el viento y la lluvia quienes fueron cincelando a Huayquerías hasta convertirla en lo que es hoy.
Luego de un rato de andar, padres y niños podrán acceder a La Salada, un imponente cañón que termina en una garganta de agua esporádica recolectada por las lluvias, rodeada de altísimas paredes ocres y naranjas de más de 50 m. de altura.
Otra salida que no te podés perder junto a tus hijos es una visita a la Reserva Natural Protegida Laguna del Diamante, localizada a 130 km. de la Villa de San Carlos, y a 3.250 msnm. Aquí la mano de Dios ha pintado con singular y exquisito gusto un espejo de aguas cristalinas, asentado sobre una antigua caldera volcánica al pie del Maipo.
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