El departamento de Malargüe -localizado al sur de la provincia de Mendoza- despliega, como ningún otro destino de la región de Cuyo, una multiplicidad de coloridas propuestas para realizar en familia y, en especial, para compartir con los más pequeños.
Es que Malargüe es una auténtica invitación para tomar contacto con la imponente naturaleza del paisaje cuyano. Desde volcanes y campos de lava, pasando por humedales, hasta llegar a la cordillera: Malargüe despliega todo su esplendor para los turistas en busca de naturaleza, relax, y un poquito de adrenalina. Aquí, cinco increíbles alternativas que dejarán boquiabiertos a los locos bajitos (y también a papá y mamá):
1. Planetario Malargüe
El Planetario Malargüe es un lugar donde la ciencia y el espacio se entrelazan para abrir las cabezas de los más pequeños a las maravillas del Universo.
Allí es posible, por ejemplo, presenciar dos emocionantes exhibiciones en las que se explican las asombrosas misiones espaciales llevadas a cabo por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la presencia especial de la Deep Space Antenna 3 (DS3) en nuestra región.
Una de las misiones de la ESA detalladas en el planetario, que cautivará la atención de los niños, es la misión Rosetta.
Rosetta fue una sonda espacial lanzada el 2 de marzo de 2004, cuyo objetivo fue la de orbitar alrededor del cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko en 2014 y 2015, enviando un módulo de aterrizaje, el Philae, a la superficie de este cuerpo celeste.
Rosetta posibilitó obtener datos, fotos y emocionantes descubrimientos sobre este cometa. Y el Planetario Malargüe invita a los niños y niñas a revivir su aventura a través de imágenes cautivadoras y narrativas envolventes. Tal como si Rosetta estuviera aquí contándonos sus secretos cósmicos.
2. Los Castillos de Pincheira
Para acceder a este bucólico lugar será necesario viajar 27 km. desde el centro de Malargüe. En ese punto, las familias junto a sus niños pondrán a prueba su capacidad de asombro frente a este escenario natural, con sus formaciones rocosas de origen volcánico, erosionadas por el viento y la lluvia, que dejaron al descubierto singulares formaciones que asemejan castillos.
Los Castillos de Pincheira albergan además una historia ideal para los más pequeñines, ávidos de aventuras: según cuenta la leyenda, estas formaciones fueron así bautizadas porque allí se escondían los legendarios hermanos Pincheira y sus bandoleros: famosos mercenarios chilenos que fueron los últimos en pelear por la corona española en esta parte de las Américas, a lo largo de 1820.
Entre escaramuzas y expediciones guerreras, se dedicaban también al contrabando de ganado en la frontera entre la Argentina y Chile, y asolaron toda la región durante largos años.
Para acceder a los Castillos de Pincheira es necesario cruzar el río Malargüe a través de un puente colgante, lo que le confiere al recorrido un particular toque de aventura, ideal para una recorrida con los niños. Caminatas, safaris fotográficos y trekking son algunas de las actividades que podés realizar aquí con toda tu familia.
3. La Payunia
Otro lugar que pone a prueba la capacidad de asombro de los niños es la reserva natural La Payunia, gracias a sus postales plenas de silenciosos volcanes que, con el transcurso del tiempo, supieron esculpir maravillosas geoformas.
Aquí los niños podrán realizar caminatas por sinuosos senderos de lava, cráteres sin actividad y extensas planicies, en uno de los campos volcánicos uno de los más vastos de América del Sur, compuesto por más de 900 volcanes.
Un imperdible para las familias con niños es una recorrida por las inmediaciones del volcán Malacara: allí, varias prestadoras de servicios turísticos ofrecen la posibilidad de realizar un trekking en familia, que permitirá a grandes y chicos introducirse en él a través de sus cavidades, y desde ahí comprender su origen y evolución.
Una experiencia para no perderse junto a los niños es realizar un ascenso de dificultad media, que permitirá obtener una vista panorámica privilegiada del norte de Payunia, de la imponente antena DS3 -perteneciente a la Agencia Espacial Europea- y de la apacible laguna Llancanelo.
El trekking es guiado, tiene un nivel de dificultad medio y una duración aproximada de dos horas y media. Durante el recorrido hay que subir escaleras de hierro colocadas para pasar piedras grandes. La caminata hasta el mirador tiene unos 400 metros de longitud, y una pendiente de 45°.
4. Caverna de las Brujas
La Caverna de las Brujas es otro de los atractivos turísticos que podés visitar junto a tus pibitos en Malargüe.
Se trata de una de las muy escasas cavernas naturales preparadas para el turismo en Argentina, localizada en la falda de un cerro a 1.800 m. de altura.
Si bien el tránsito no es siempre fácil, la caverna es accesible a la mayor parte de los visitantes, aunque su recorrido debe realizarse acompañado de un guía.
¿Qué pueden observar nuestros hijitos dentro de la caverna? Pues una acabada obra de la naturaleza que, mediante la lenta y permanente filtración y goteo de agua, “fabrica” estalactitas que incrementan su longitud a razón de 0,5 cm por año.
Además de las mencionadas formaciones, se despliegan muchas otras, como velos y columnas, que también son producto de la cristalización y las filtraciones de agua.
Otra buena historia para los niños: según cuenta la leyenda, la caverna fue bautizada de ese modo a partir de la hazaña que en tiempos remotos concretaron dos mujeres cristianas, quienes habían escapado de una toldería de habitantes originarios que las habían secuestrado.
Refugiadas en la caverna, ambas salían solamente de noche en busca de comida. Los habitantes originarios retomaron su persecución y, una vez que llegaron a la cueva, observaron a dos grandes lechuzas salir volando desde adentro de la caverna.
Ésa fue la condición suficiente para que comenzara a correr la leyenda de que las dos cristianas se habían convertido en aves de la noche.
5. Laberintos Carmona
A sólo 4 km. de la ciudad, Malargüe cuenta con dos de los ocho laberintos de Argentina, caracterizado por sus más de 100 mil almácigos de siempre verdes y arabia; y por su gran predio de árboles con más de 15 variedades, entre álamos y sauces.
Dos laberintos para descubrir en un solo lugar, en un espacio de 4.900 metros cuadrados, y con 31 pasillos de norte a sur y de este a oeste, son el desafío perfecto para los pequeños aventureros.
Estos magníficos laberintos también se pueden observar desde un mirador de 10 metros de altura, y cuentan con todas las comodidades para pasar un día de campo, como churrasqueras, un salón -por si el tiempo no permite disfrutar del aire libre- y juegos para niños.
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