El mejor vino que podemos probar es aquel que nos guste. Ese es el secreto de toda degustación. Por eso hacer una cata sensorial significa también conocer se a uno mismo y sus preferencias.
Día del sommelier: 5 tips para hacer una cata sensorial de vino
De todos modos, para poder disfrutar de una copa al máximo, palpitando el Día del sommelier, te contamos 5 tips a tener en cuenta antes de hacer una cata sensorial.
1. Ampliar el registro olfativo
Para poder disfrutar un vino de la mejor manera, lo ideal es comenzar a ampliar el registro olfativo que tenemos. ¿Cómo lograrlo? Simplemente, oliendo. No solo bebidas alcohólicas, sino frutas, verduras, semillas, flores, frutos secos, infusiones e, incluso, materiales nobles, como la madera.
2. Conocer las áreas básicas de sabores
En este caso pasamos a otro sentido, el del gusto. Antes de hacer una degustación hay que saber que nuestro paladar registra cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo. En los días previos a la degustación, no inmediatamente antes, probar alimentos básicos para reconocer estos sabores en la boca.
Por otra parte, antes de probar una copa de vino enjuagar la boca con agua, haciendo gárgaras incluso, para ampliar tu potencial y barrer con sabores que puedan adulterar la degustación.
3. Hacer una apreciación visual
Servir el vino en una copa fajinada, preferentemente de tallo largo, inclinándola a 45° y sobre un fondo blanco. Puede ser un mantel, servilleta o, incluso, una hoja de papel.
Esto nos permitirá apreciar bien el color, el brillo y la pureza de la bebida. Además nos dará algunos indicios de la añada: cuanto más intenso los colores, más año de guarda tiene el vino.
Además, hacer rodar la bebida por la copa nos da una pista sobre la graduación alcohólica: más vetas deja sobre el cristal, más alcohol tiene.
4. Apreciación olfativa
Además de apreciar con la vista, al vino hay que olerlo. Volvemos hacer círculos con la copa y adentramos la nariz. Preferentemente cerrar los ojos; así se potencia el sentido del gusto. Oler y buscar en nuestro registro olfativo los olores primarios, como a uva y alcohol.
Luego, cuanto más se oxigena el vino, más olores secundarios se desprenderán, como a flores, frutar o hierbas.
5. Beber
Una vez que tomamos el vino, distribuirlo por toda la boca, para buscar los cuatro sabores del tip 2. Cuanto más equilibrio sintamos en el paladar, mejor vino estamos tomando. En esta instancia pueden aparecer texturas, como a seda o untuosidad.
Una vez que lo tragamos, estamos en la instancia de degustación retronasal, donde se conjugan las sensaciones del olfato y el gusto. Allí es donde aparecen más matices, como el sabor a chocolate, madera, cereza, durazno o frutos rojos.
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