Desde el Norte argentino, las provincias de Salta y Jujuy saben desplegar múltiples propuestas para recorrer en familia este mágico rincón del país con los más pequeños. No sólo por sus cálidos colores, sino también por su clima siempre benévolo, y la amorosidad de su gente: esta región cobija con sus alternativas a cualquier grupo familiar.
A continuación, te presentamos 5 propuestas que no sólo van a encantar a los adultos, sino fundamentalmente a los niños.
1. Teleférico San Bernardo en Salta
Para comenzar a captar la atención de los más pequeños y posibilitar de este modo el disfrute de los más grandes, el Teleférico San Bernardo es una de las maneras más divertidas de conocer la ciudad de Salta.
La base se encuentra en el Parque San Martín, y su estación de llegada es la cima del Cerro San Bernardo, desde donde será posible obtener las mejores vistas de una de las ciudades más lindas de Argentina.
2. Cafayate para grandes y chicos
Otra de las perlas que aparece en el collar de maravillas salteñas es Cafayate. Este pueblo se ha convertido en un lugar francamente turístico, y en el centro abundan restaurantes, hoteles y negocios con artesanías.
Es tranquilo, surcado por brisas frescas y flanqueado por ríos, médanos, viñedos y plantaciones frutales. Por estas latitudes se cultiva una cepa del torrontés reconocida mundialmente, con la que se elaboran vinos de exquisito sabor, cuerpo y color.
Luego de que los adultos degusten un buen torrontés lo recomendable es hacer una visita al Anfiteatro Natural junto con los niños.
Este singular paraje se encuentra localizado a la vera de la Ruta Nacional N° 68, a sólo 16 km. de Cafayate y en pleno corazón de la Quebrada de las Conchas.
Se trata de una formación rocosa semicerrada, que supera los 20 m. de altura, y que es producto de diversos procesos geológicos devenidos en caprichosas formas cilíndricas que generan, por su estructura, una excelente acústica.
Además, su característico color rojizo –debido a la presencia de óxido de hierro– brinda una diversidad de tonalidades distintas según cómo le dé la luz del sol.
3. Por las callecitas de Purmamarca, en Jujuy
Jujuy se presenta ante grandes y chicos como un magma de colores e impresiones que vale la pena ir develando y descubriendo. Y para ello, nada mejor que grandes y chicos comiencen su derrotero entre los ocres y naranjas de Purmamarca.
Luego de acomodar apresuradamente los petates en el hotel, lo recomendable es que toda la familia comience a tomar contacto con esta tranquila población norteña: su gente -entre cálida e introvertida-, su feria de artesanías tan colorida como el cerro de los Siete Colores, ícono de este lugar en el mundo.
Transitar las callejuelas de Purmamarca es sentir en la propia piel algo de su historia: seguramente su tamaño no ha variado demasiado desde que el poblado se erigió aquí, punto ínfimo ubicado entre los pliegues rocosos de la Quebrada y un cielo de un azul imposible de creer.
La fundación de Purmamarca fue una de las últimas de la región, ya que se le atribuye a su tercer encomendero, Martín de Argañaraz, en la segunda mitad del siglo XVII.
Testigos de su historia son, por ejemplo, el algarrobo histórico –ubicado a la vera de su plaza central–, cuya edad se calcula en al menos 600 años.
4. La hermosa vista desde el Cerro Porito
En esta pequeña perla del Norte argentino, una buena forma de que los niños comiencen a otear el horizonte más allá de las piscinas de los hoteles es ascender el cerro Porito, un mirador ubicado muy cerca del casco urbano cuya subida presenta una muy baja complejidad.
Una vez en la cima, aconsejemos a nuestros niños que claven sus ojos en todas las tonalidades que irradia el famoso cerro de los Siete Colores, y que también llenen su mirada con el añil del cielo. Y, fundamental, que respiren hondo hasta completar toda la capacidad pulmonar.
5. Aventura en el Paseo de los Colorados
Tras descender del mirador, otro lugar ideal para recorrer con los niños en modo “aventura” es el Paseo de los Colorados, en las afueras del pueblo: se trata de un circuito de tres kilómetros en los que se destacan los cerros de un rojizo intenso y sorprendentes geoformas.
Y luego de todo esto, sólo es necesario conectarse, mate en mano, con el llamado siempre presente de la tierra, el silencioso clamor de la Pachamama, que tanto nos cuesta entender a los adultos y que tan interiorizado tienen los más pequeños.
Consejitos al cierre
Tanto en Salta como en Jujuy, el clima predominante en esta región es el subtropical seco y cálido. Durante el verano son comunes algunas lluvias.
Vale destacar que en la región conviven dos tipos de clima diferentes: por un lado, el árido de alta montaña, semidesierto, y por el otro podemos apreciar el de las sierras, que se caracteriza por su clima subtropical, con bosque subtropical.
En este sentido, debido a la amplitud térmica que se registra en ambos destinos, es aconsejable que grandes y chicos se equipen con ropa liviana, calzado cómodo, sombrero o visera, anteojos de sol y protector solar durante el día); y campera de abrigo y pulóver (para la noche).
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