Localizado al sudoeste de la capital provincial, el Valle de Uco es quizás una de las regiones de Mendoza que ostenta los más coloridos paisajes. Además de estar pegado a la majestuosa Cordillera de los Andes, es también engalanado por el volcán Tupungato al Norte, y el río Tunuyán uniendo los pueblos desde el Oeste.
En el recorrido por sus parajes de montañas sin fin y esbeltos álamos, los viñedos también hacen su colaboración con una multiplicidad de pinceladas de verdes y violetas. En esta nota te proponemos tres lugares que no te podés perder en tu derrotero por el Valle de Uco.
1. Los colores de Tupungato
Localizado sobre el pedemonte de la cordillera de los Andes, y constituyendo un inmenso valle con pendientes que van de oeste a este, Tupungato se caracteriza por ostentar temperaturas templadas, con primaveras agradables, y veranos cálidos de día y frescos durante la noche.
Enclavado al pie del cerro Tupungato –uno de los más altos del continente, con 6.830 m.– y a unos 70 km. de Mendoza, Tupungato despliega múltiples alternativas para un bello contacto con el entorno natural.
En este páramo te recomiendo un recorrido por la Ruta 89 camino a La Carrera, en donde los cultivos propios de la zona se conjugan con la imponente cordillera, pudiendo observar cóndores y otras especies de la fauna autóctona.
Aquí también, el camino denominado Calle a la Estancia Silva presenta un paisaje montañoso, de viñedos, y otros lugares para visita, como el Monasterio del Cristo Orante.
Al igual que en el resto del valle, es posible realizar diferentes actividades de aventura como rappel, tirolesa, trekking y cabalgata de alta montaña, entre otras.
Por ejemplo, una alternativa que te recomiendo es la de hacer senderismo por Los Cerrillos: se trata de un recorrido de 6 km. durante el cual es posible tomar contacto con la flora y fauna del lugar, así como con su geología e historia.
Además, mientras se asciende, el paisaje de la cordillera y del valle de Tupungato son un imponente atractivo para guardar entre nuestros mejores recuerdos, y capturarlos en fotografías.
Otra recomendación es realizar una caminata de intensidad media hasta la confluencia de los ríos Las Tunas y Santa Clara, a 2.250 msnm. El recorrido incluye senderismo, recreación, esparcimiento, reconocimiento de flora y fauna de montaña de la zona, así como charlas de concientización de cuidados del entorno, en el marco de la geografía, la naturaleza y el paisaje del distrito Santa Clara.
2. La riqueza de San Carlos
Fundado en 1772, el departamento de San Carlos es el más antiguo de la provincia de Mendoza.
Ostenta una sorprendente riqueza histórica, cultural y arqueológica, siendo cuna de tradiciones, costumbres y fiestas populares que reivindican la identidad e idiosincrasia de su pueblo.
Entre otras alternativas, aquí podés realizar actividades deportivas y recreativas, como trekking, cabalgatas, rafting, mountain bike, escaladas y safaris fotográficos.
Por ejemplo, una salida que no te podés perder es una visita a la Reserva Natural Protegida “Laguna del Diamante”, localizada a 130 km. de la Villa de San Carlos, y a 3.250 m.s.n.m.
Aquí la mano de Dios ha pintado con singular y exquisito gusto un espejo de aguas cristalinas, asentado sobre una antigua caldera volcánica al pie del Maipo. De hecho, sus aguas reflejan el imponente volcán Maipo, que custodia la laguna desde sus 5.323. metros.
En estas aguas nadan apaciblemente múltiples especies, como la trucha de arroyo y la trucha arco iris, mientras que en la superficie reptan el lagarto colorado y la yarará ñatá.
Otro sitio de imperdible visita es el Desierto de las Huayquerías: laberintos de arcilla que nos adentran en el interior de la tierra, lo que lo transforma en un sitio ideal para los amantes de la aventura.
En el marco de un relieve sedimentario, entre paredes empinadas y ríos secos y serpenteantes, se accede al Cañadón de la Salada, una garganta de tierras arcillosas con presencia de extrañas y fascinantes figuras esculpidas por la naturaleza.
En este enclave, los visitantes podrán realizar actividades de turismo aventura como trekking, paseos a caballo y rappel, así como actividades relax y contemplación.
3. Tunuyán, el sorprendente paisaje de Mendoza
Localizado a 80 km. al sur de la capital de Mendoza, Tunuyán es sinónimo de valles y quebradas, sorprendentes formas y colores de un paisaje tallado por la erosión del tiempo. Surcado por el río Tunuyán, y los arroyos Grande y Guiñazú, este enclave es protagonista indiscutido del mapa turístico, a partir de sus coloridos paisajes y lugares para visitar durante todo el año.
Un imperdible en Tunuyán lo constituye la Reserva Provincial del Manzano Histórico, localizada a 40 km. de la ciudad y con unas 1.000 ha. donde se pueden realizar actividades como parapente, cabalgatas, pesca, trekking y escaladas.
Tunuyán fue además elegido por el General José de San Martín para imaginar parte fundamental de su gesta libertadora. Testigos de esta historia son la Estancia El Totoral, el Portillo Argentino y el Manzano Histórico.
El turismo rural es en Tunuyán una de las mejores alternativas para conocer el medio de vida de la población y compartir la experiencia de las tareas de campo. En ese sentido, resultan muy interesantes una serie de emprendimientos presentes en el lugar, donde los visitantes pueden vivir realmente la experiencia del trabajo de los habitantes de la región, ya sea colaborando en la elaboración de pan casero, participando de talleres de cerámica o cosechando uvas u otros frutos de la región. Tal es el caso de la finca y granja autosustentable La Stalla; o la propuesta de la gente de Manzano Adventure, especializada en ofrecer una gran variedad de exclusivas actividades a caballo por la “Reserva Natural Manzano – Portillo de Piuquenes”, y que cuenta con un equipo de trabajo altamente capacitado y enfocado en brindar un servicio y atención excepcional.
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