En el Norte Argentino existen muchas manos sabias que han trabajado por años los productos que regala la Pachamama y hoy deleitan los paladares de los turistas con especialidades autóctonas, algunas milenarias. Salta y Jujuy son los destinos que nos enamoran a través de su gastronomía.
El menú es amplio, con sabores intensos, platos cargados y abundantes, humeantes y deliciosos; matizados por acordes de una chacarera, muchas veces sonando en vivo, o una zamba para conquistar el corazón de la mocita. Así, ese festín para los cinco sentidos permite tomar contacto con la cultura norteña, la vida de los pobladores, su historia y creencias.
No hay como el dulce de cayote (comida típica del Norte Argentino) de la abuela Berta, que casi como en un pase mágico convierte ese fruto soso en un manjar. Suave, brilloso, dulce en su punto justo, transparente… la preparación despierta voces de gratitud entre los comensales. ¿El secreto de esta delicia? Difícil saberlo. Un puñado de azúcar, uno o dos cayotes, clavo de olor, algo de agua. Con la receta así descripta será imposible repetir ese resultado perfecto.
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Empanadas norteñas
Sibaritas y turistas se acercarán a la cocina norteña, que es al mismo tiempo de elite, compleja y elaborada; y popular, de sabores ancestrales estrechamente unidos a los frutos de la tierra. Es que la región supo combinar con acierto extraordinario las más antiguas tradiciones culinarias de la cultura precolombina con las influencias europeas (básicamente la española y la de acento morisco).
Un clásico del Norte Argentino y, quizás por eso siempre perfecto, son las empanadas. Panzonas por el relleno, gustosas por los condimentos y crocantes por la masa, algo más chicas que las porteñas, las empanadas del norte constituyen un obsequio para los amantes de la buena mesa.
Tamales y humitas en el norte de Argentina
Tamales y humitas forman parte de cualquier menú del Norte, desde Tucumán a Jujuy, y tienen sus raíces en las culturas precolombinas. Los primeros se presentan envueltos en hojas de chala y contienen en su interior una masa elaborada con harina de maíz y anco hervido, relleno con una pasta de carne molida, comino, pimentón, cebolla y huevo duro.
Algo más suaves, las humitas consisten básicamente en choclo rallado condimentado con una salsa frita de cebolla, sal y ají. La humita puede ser al plato o envuelta en chala.
Guisos típicos de la quebrada de Humauaca
Los pueblos de la Quebrada de Humahuaca cautivan con sus guisos y sopas bien condimentadas. En Tilcara, Purmamarca y Humahuaca los pequeños restaurantes cautivan a los comensales con sus platos.
El guiso de quinoa es un suculento producto elaborado con este pseudocereal muy nutritivo y versátil. También se puede probar el mote, una especie de locro sin zapallo; chulingo, con maíz tostado y harina; sanco, harina de maíz y sangre; entre otras especialidades.
Locro argentino
El locro es otro plato fuerte de la región que se realiza con maíz blanco o amarillo, anco, batata, trozos de carne de vaca, tripa, chorizos y se sirve con una salsa frita a base de pimentón y ají.
Es sorprendente la variedad de papas, maíces, habas, humitas, tamales, empanadas, locro con verdeo, cazuelas de llama y cordero.
Dulce de cayote con quesillo
Otra de las exquisiteces típicas que los norteños ofrecen a sus visitantes son los postres, como el dulce de cayote con quesillo, el anchi de pelón, o la tradicional mazamorra, que aportan dulzor, mientras tortillas fritas y api de maíz son ideales para un tentempié.
Vino de altura en Jujuy
Para acompañar cualquier la comida, la chicha o el vino norteño constituyen las opciones más buscadas. La primera es producto de la fermentación de la harina de maíz o maní y agua.
Por el lado del vino, los viñedos jujeños se destacan por producirse en extrema altura, de hecho están entre los más altos del mundo. Allí se cultivan cepas como Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Sauvignon Blanc y Pinot Noir.
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